Uno de los grandes aprendizajes del coronavirus, sin duda, será el considerar el teletrabajo como una nueva forma de trabajar.

Una de las medidas más efectivas para controlar el Covid 19 es recluirse en casa y evitar en lo posible el contacto con otras personas. Esto ha llevado a que varias empresas hayan aplicado la solución de trabajo a distancia o home office para dar continuidad operacional a sus procesos y evitar la expansión del contagio. Esta medida aplica a una parte o la totalidad de sus colaboradores, en la medida en que la naturaleza del cargo lo permita.

A diferencia de países anglosajones o vecinos como Colombia y Argentina, Chile ha sido bastante tímido en incorporar el trabajo remoto como una práctica generalizada. Según el estudio de Fundación Chileunido sobre “Mejores empresas para madres y padres que trabajan” (2016), en términos de flexibilidad laboral la medida más popular entre las empresas encuestadas es la “salida anticipada los días viernes” (81%), seguida por “flexibilidad de horarios” (77%). Del total de empresas, solo 52% había aplicado programas de trabajo a distancia para sus colaboradores.

El trabajo remoto es mucho más que una modalidad nueva de trabajo. Representa un nuevo paradigma del futuro del trabajo, siendo parte del fenómeno conocido como la Cuarta Revolución Industrial.

Los avances tecnológicos como el cloud y la inteligencia artificial, hoy nos permiten desprendernos del mundo físico para conectarnos virtualmente.

De este modo, logramos acceder a nuestra información, documentos, reuniones, entrenamientos y flujos de trabajo desde cualquier parte del mundo en la medida en que poseamos dos elementos: un dispositivo móvil y conexión a internet.

Los beneficios del teletrabajo son numerosos a nivel del colaborador, empresa y medioambiente: aumenta el compromiso, mejora la calidad de vida, permite la inclusión de personas con movilidad reducida, genera ahorros en el uso de infraestructura e insumos, permite atraer talento, y cuida el medio ambiente ante la disminución de desplazamientos y emisiones de CO2.

Tres claves para liderar un equipo remoto

Según un artículo publicado este mes de marzo en Forbes por Jason Wingard, existen tres claves para liderar de modo exitoso un equipo remoto (las tres “C”):

Claridad: Definir con cada miembro límites y guías claras en base a roles y responsabilidades. Estas definiciones incluirán en qué momento trabajarán, cuándo pueden ser contactados para resolver solicitudes, y poner foco no en lo que se hace (proceso), sino en el resultado, usando métricas claras.

Comunicación: Estar en contacto frecuente y mostrarse disponible es crucial, sin caer al extremo del micro management. Hacer preguntas sobre el trabajo que se está desarrollando, revisar la carga de trabajo y ofrecer ayuda permanentemente son actitudes muy valoradas.

Conexión: El desafío es no aislarse y mantener vivo el espíritu de compañerismo y colaboración dentro del equipo. Al mantener reuniones virtuales es útil usar la cámara de video para mostrarse visible en todo momento, y dejar espacio al inicio y/o al final para hacer preguntas abiertas de orden laboral y personal.

A estos tres elementos, agrego una cuarta “C” que representa el elemento más importante: la confianza. Solo en la medida en que líderes y colaboradores establezcan relaciones de confianza mutua, entregando espacios de libertad, autonomía y desarrollo, podremos avanzar en tener ambientes de trabajo modernos donde cada persona pueda desarrollar la mejor versión de sí mismo.

Uno de los grandes aprendizajes del coronavirus sin duda será, el considerar el teletrabajo como una nueva forma de trabajar. Y al probarla nuestros colaboradores, probablemente exigirán mayores grados de flexibilidad en sus espacios de trabajo, sin tener vuelta atrás.
Bienvenidos al futuro del trabajo.

Bonus track: Para aquellos interesados en instalar de forma definitiva el teletrabajo en sus empresas, les sugiero revisar El libro blanco del teletrabajo, valiosa iniciativa del gobierno colombiano.