La pandemia de COVID-19 aceleró enormemente la adopción del telerabajo en las organizaciones.

La necesidad de mantener las operaciones, en conjunto con la imposibilidad de reunir cierto número de personas en un mismo espacio físico, obligó a trasladar el trabajo a los hogares de forma remota.

Pero una vez que termina la contingencia, los empleados habían aprendido que no necesitan estar 8 horas diarias en una oficina para ser productivos. Es entonces cuando el trabajo híbrido empieza a tomar mayor auge.

El trabajo híbrido no es más que una combinación entre teletrabajo y trabajo presencial en una organización. Puede que algunos empleados realicen el 100 % de sus operaciones de forma remota, otros de forma presencial, y algunos otros de manera híbrida.

Esta nueva concepción del entorno de trabajo genera retos significativos para las empresas, quienes necesitan mantener sus operaciones a la vez que se esfuerzan por que su fuerza laboral esté cómoda, motivada y con un buen balance entre el trabajo y su vida personal.

Los principales desafíos del trabajo híbrido

El trabajo híbrido permite a las organizaciones integrar a sus empleados en un ambiente laboral, y a la vez, ofrece la oportunidad de trabajar de forma remota.

Los desafíos del trabajo híbrido no son muy distintos a los del teletrabajo, y la mayoría de ellos tienen que ver con la distancia física entre el trabajador y los recursos de la empresa.

Desigualdad entre los empleados que pueden adoptar el modelo híbrido y los que no

El principal reto con el trabajo híbrido se da en la gestión de los empleados. Hay empresas donde no todos los trabajadores podrán realizar sus tareas desde casa. Esto genera que aquellos que deban acudir diariamente a las instalaciones de la compañía sientan que son ellos quienes realizan todo el trabajo duro, mientras que los otros están en casa con una carga mucho más ligera.

Por otro lado, los trabajadores remotos estarán alejados de las reuniones presenciales, donde se dan conversaciones y discusiones importantes para el negocio. Esta situación los puede llevar a sentirse excluidos al momento de tomar decisiones, disminuyendo su motivación.

Lograr altos niveles de colaboración entre los colaboradores

Es más fácil crear una cultura colaborativa si todos los trabajadores se encuentran físicamente en un mismo sitio.

La colaboración es fundamental para desarrollar las operaciones de forma óptima en todo tipo de industria. El trabajo coordinado entre cada miembro del equipo garantiza la creación de productos de calidad y el cumplimiento de objetivos.

Este tema se vuelve todo un reto cuando una parte de los empleados están en la oficina y la otra parte no. Es necesario crear e implementar otros canales de comunicación lo suficientemente eficientes para que nadie quede excluido y para sostener y reafirmar el espíritu colaborativo del personal.

Dirigir equipos divididos

Los líderes y gerentes se encuentran con el desafío de controlar y manejar grupos en distintas ubicaciones. De entrada, la tendencia es que parten con ventaja los equipos presenciales en cuanto a oportunidades.

Un estudio realizado en el Reino Unido reveló que, entre los años 2013 y 2020, los trabajadores remotos tuvieron un 38 % menos de acceso a bonificaciones y recompensas laborales.

Crear un equilibrio entre trabajo y vida personal

Un reto importante de esta modalidad híbrida y de todo aquel que trabaja de forma remota es lograr un equilibrio entre su trabajo y su vida personal.

El llevar el trabajo hasta la casa dificulta el desconectarse de las labores, reduciendo el nivel de atención y compromiso con las tareas domésticas y comprometiendo el tiempo de descanso.

También sucede lo contrario. En el hogar existen demasiados elementos distractores que desvían la atención del colaborador y esto lleva a que bajen su rendimiento o a que tengan que dedicar más horas de las necesarias para cumplir con sus tareas.

Este tipo de situaciones pueden comprometer la salud mental del trabajador.

Mantener una cultura de trabajo positiva

Las relaciones sociales en el ambiente laboral son importantes. Muchos empleados afirman que tener amigos en su lugar de trabajo es un elemento motivante, además, que facilita la cohesión del grupo.

Los “amigos del trabajo” llegan a convertirse en un apoyo importante no solo en temas laborales, también en los asuntos personales.

Hacer y mantener estas conexiones entre los colaboradores es sumamente difícil en un entorno donde la comunicación no es presencial.

Tener un entorno de trabajo adecuado

Sobre todo en las empresas que están mutando de un modelo presencial a uno híbrido se nota el siguiente problema:

Al migrar un gran porcentaje de las operaciones, quedan obsoletos ciertos espacios y recursos físicos la mayor parte del tiempo. Sin embargo, estos recursos son necesario tenerlos al momento en que los trabajadores asistan a la oficina.

Encontrar el equilibrio se ha convertido en todo un reto para las organizaciones. Algunas han optado por soluciones como el alquiler de espacios de coworking, o el compartir el edificio y la renta con otras empresas.

Errores en la comunicación

La comunicación ineficiente ralentiza los procesos y disminuye la eficiencia.

Mantener una comunicación fluida a la distancia no es sencillo. Expertos señalan que un alto porcentaje de la comunicación presencial no es verbal, sino que se deriva a aspectos como gestos y tonos.

Por lo tanto, trasmitir mensajes por medios digitales sin perder información importante ni generar confusión es otro de los desafíos del teletrabajo.

Incorporación ineficaz

Aunque exista todo un equipo dedicado a la incorporación, integrar a un nuevo trabajador de forma remota y que se familiarice con la cultura es mucho más complicado que hacerlo de manera presencial.

Esta etapa es fundamental para que el colaborador se adapte a la empresa, reducir el tiempo dedicado a aprender y mantener en niveles estables la rotación.

Takeaways: El trabajo híbrido, si bien representa un avance en la calidad de vida de los trabajadores, también propone desafíos importantes para la organización, quien deberá hacer esfuerzos para evitar la desigualdad entre empleados, lograr altos niveles de colaboración, dirigir equipos divididos y crear un entorno de trabajo adecuado.