La crisis sanitaria derivada del COVID-19 ha impactado profundamente en todos los sectores de la sociedad. Pero donde mayor revuelo ha provocado es, sin duda, en el ámbito laboral. A raíz de estos grandes cambios forzados, el teletrabajo se adoptó como nueva norma y no parece bajar su popularidad, aun con la suavización de las restricciones.

Por todo esto, el mundo laboral pospandemia se enfrenta a una serie de desafíos. Tanto empleados como empleadores deberán afrontarlos y adaptarse a ellos, si se quiere seguir siendo competitivo.

Estos desafíos derivan, principalmente, de la repentina reducción del trabajo presencial; pero también hay otras situaciones laborales que se han visibilizado desde la aparición de la pandemia.

Desafíos para los empleadores

Redirigir las actividades dándole un peso importante al teletrabajo significa hacer cambios profundos en la estructura de una organización. Esto son algunos desafíos a los que los empleadores deberán hacerles frente:

  • Crear nuevas estrategias de contratación: Romper el viejo formato y adaptarse a una cultura de trabajo remota implica generar nuevos modelos de contratación. La empresa debe revisar cuáles son los puestos que pueden adaptarse total o parcialmente al teletrabajo, así como también aquellos que solo pueden ser presenciales. Y en base a esto, presentar a los posibles colaboradores unos contratos donde la modalidad de trabajo contemple esta realidad.
  • Generar una cultura enfocada al colaborador: Incrementar el compromiso de los trabajadores sigue siendo crucial para mejorar su productividad. Se necesitan líderes capaces de crear una cultura de trabajo enfocada en atender las necesidades de los colaboradores. Estos líderes deben tener un conocimiento óptimo de los canales de comunicación remotos, en aras de tener un feedback constante.
  • Romper viejos paradigmas: Relacionados con el perfil de los colaboradores. Hoy en día, el proceso de reclutamiento debe hacer mayor foco en la capacidad del candidato de realizar una determinada tarea, y no tanto en sus credenciales académicas o experiencia previa. Vivimos en un mundo donde la autoeducación es, cada vez más, el mecanismo de aprendizaje por excelencia.

Desafíos para los colaboradores

Así como para los empleados es un desafío el reorientar su empresa y gestionar la fuerza laboral hacia un nuevo enfoque de cómo trabajar, los empleados también están atravesando por cambios significativos no solo a nivel profesional, sino personal. Estos son algunos de sus principales desafíos:

  • Expandir conocimientos: Adaptarse al teletrabajo implica el tener que adquirir conocimientos tecnológicos. Manejar las diferentes herramientas y canales es tan importante como las habilidades propias del oficio que desempeñe un colaborador. También, la expansión del teletrabajo derrumba la barrera geográfica para aspirar a un puesto de trabajo, por lo tanto, la competencia aumenta; esto obliga a los colaboradores a mantenerse al día con su profesión.
  • Reinventarse: No temas a empezar de cero. Si la pandemia y los cambios que ha suscitado ya no te permiten realizar el trabajo que solías hacer, es momento de pegar un volantazo y encontrar una nueva profesión ajustada a esta nueva realidad. En muchos casos no es necesario abandonar tu oficio, sino, simplemente redirigirlo y adaptarlo a los nuevos canales.
  • Reducción del entorno social: Para muchos colaboradores, desaparecer de la oficina y no compartir día a día con otras personas es un desencadenante de estrés, depresión y bajo rendimiento. Aquí vuelve a ser fundamental el apoyo psicológico y emocional por parte de la organización.

Gestionar el tiempo: Un gran desafío del trabajo pospandemia

Trabajar desde casa es algo que viene con unos retos importantes en cuanto a la gestión del tiempo y de los espacios de trabajo.

Si bien el colaborador tendrá la oportunidad de administrarse y buscar por sí mismo el equilibrio entre su vida personal y profesional, esta nueva modalidad lo hace muy susceptible a trabajar durante horas no programadas y caer en el desorden.

Las distracciones de estar en casa, combinadas con el cuidado de los niños, pueden hacerle perder el foco a los empleados e impedirles dedicar el 100 % de su atención al trabajo.

Y para compensar estas distracciones, terminarán trabajando más horas de las debidas, lo que arrojará como resultado cansancio extremo y, por ende, una baja en la productividad.

Para solventar esta situación, es importante brindarles a los colaboradores el apoyo mental y emocional que necesitan. Desde RRHH se debe hacer un seguimiento de cada caso en particular, para identificar los elementos disruptivos que puedan estar reduciendo la productividad de un empleado.

La oficina en casa

Por otra parte, es la empresa quien debe proporcionar al empleado todas las herramientas y recursos que necesita para cumplir con sus labores.

Esto implica una inversión económica en material tecnológico y servicios como el Internet, fundamental para el teletrabajo.

Una estrategia para librarse de estas responsabilidades es contratar freelancers independientes, lo que puede ser una buena idea para proyectos específicos, donde se requiera de cierto personal especializado.

Otros desafíos del trabajo pospandemia

Durante el inicio forzado del teletrabajo se han llevado a cabo muchas prácticas nocivas para el buen desempeño.

Hasta cierto punto, es fácil entender que la improvisación ha sido un factor con el que han tenido que lidiar tanto empleadores como colaboradores, pero si se pretende ser competitivo de cara al futuro, es momento de empezar a pulir el modelo.

Es necesario definir los límites del trabajo. En este sentido, las horas de contacto y los canales a través de los cuales puede darse tienen que ser respetados. 

No es una práctica recomendable exigirle al colaborador que esté al pendiente de los correos durante las 24 horas del día, y mucho menos usar canales no autorizados para contactarles.

Asimismo, el trabajador tiene que cumplir con la cantidad de horas de trabajo establecidas cada día. Si bien el teletrabajo admite la flexibilidad, la sumatoria de horas semanales trabajadas debe respetarse y mantenerse según lo que estipule el contrato.

Takeaways: Durante y después de la pandemia, la manera de trabajar en las empresas parece orientarse definitivamente a una modalidad semipresencial o totalmente remota. En este sentido, los principales desafíos para los empleadores son reestructurar la manera de reclutar personal, crear una cultura enfocada al colaborador y romper con viejos paradigmas. Entretanto, los colaboradores tienen que aprender a lidiar con las consecuencias emocionales de trabajar en aislamiento, así como también a gestionar su tiempo y distribuirlo equitativamente entre su vida personal y profesional.