Difícilmente alguien podría poner en duda que nuestra forma de trabajar cambió. La idea de acudir a una oficina, con horario fijo y una jefatura presente físicamente, ha sido reemplazada por un escenario que, siendo aparentemente más flexible y beneficioso, implica en la práctica enormes desafíos a la hora de gestionar los equipos.

Diversas investigaciones respaldan esta hipótesis, entre ellas una realizada recientemente por el Instituto de Investigación Capgemini, que abarcó 500 organizaciones y 5.000 empleados en todo el mundo, y concluyó que el 75% de las organizaciones esperan que al menos el 30% de sus empleados trabajen de forma remota, mientras que más del 30% espera que el 70% de su fuerza laboral opere de esta manera. Las motivaciones son varias, destacando el aumento de la productividad y un ahorro de costos que, según el análisis, bordeó el 24% en el tercer trimestre de 2020.

Chile no es ajeno a estas tendencias mundiales. Es evidente el agotamiento que afecta día a día a los colaboradores de las empresas, además se puede apreciar una brecha en términos de habilidades necesarias para realizar el trabajo de forma remoto según concluyo estudio de Mandomedio en donde el 70% de los encuestados confesó no afrontar con confianza el día a día por falta de competencias y eso, por supuesto, altera sus niveles de confianza y bienestar emocional. Y la pregunta es ¿Tenemos líderes realmente capaces de liderar en teletrabajo? ¿Somos realmente de contener, acompañar y conocer a nuestros equipos a distancia?

Sin lugar a dudas es una gran tarea, que conlleva un gran desafío diario y constante. Es fundamental que seamos capaces de cambiar el paradigma que hay en cuanto a la capacitación de nuestros equipos. Por una parte, actualizando sus conocimientos vinculados a distintas áreas, entre ellos la tecnológica, lo cual es conocido como Reskilling. Y por otra, entregarle nuevos conocimientos y herramientas, adicionales a su manejo actual, para que desarrolle más efectivamente sus tareas, que es el llamado Upskilling. De esta forma, vamos cerrando brechas y evitamos un desgaste que afecte su salud física y emocional.

Para poder lograrlo con éxito recomendamos 2 grandes pasos:

1-Mapear el equipo de trabajo, conocerlos, identificar sus brechas de conocimiento y aptitudes frente a las funciones que afrontan día a día. Tener conversaciones sinceras con nuestros equipos es clave, generar la confianza para expresar claramente ¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿Por qué te gusta estar en la organización? Y ser capaces como líderes de identificar la motivación de nuestros colaboradores. Igualmente es relevante ser transparentes y alinear expectativas de jefaturas y colaboradores.

2- Ser capaces de articular el equipo e implementar un plan de desarrollo. Es muy necesario ser capaces de entregarles a nuestros colaboradores las herramientas en post de su seguridad frente al trabajo que deben desarrollar. Tenemos la misión como lideres de estar atentos a las necesidades de nuestros equipos y efectuar claramente un plan de trabajo, teniendo en cuenta los conceptos de Reskilling y Upskilling. Entregar herramientas de capacitación y perfeccionamiento a los colaboradores, el día de hoy es clave para enfrentar los nuevos desafíos. Romper las brechas y paradigmas tradicionales e invertir en nuevas habilidades es fundamental para agregar valor a las organizaciones

Takeaways: Dado el contexto de constante cambio en que estamos atravesando, es fundamente que rol del líder este enfocado en formar y desarrollar a sus colaboradores, siendo capaz de entregar las herramientas necesarias para lograrlo.