Los ejecutivos de hoy pasan mucho tiempo evaluando la gestión financiera, sin embargo, al parecer no se están enfocando en cuidar su bien más preciado, el capital humano.

El capital financiero es relativamente abundante. De acuerdo con Bain’s Macro Trends Group, la oferta mundial de Capital se sitúa en casi 10 veces al GDP mundial. Como resultado de la abundancia  de capital, para muchas compañías hoy el costo de un préstamo es cercano a $0. Muy por el contrario, el recurso más escaso al interior de las organizaciones son las personas.

Encontrar, desarrollar y retener este talento es difícil -hasta tal punto que la prensa de negocios se refiere a una “guerra” por el talento.  Colaboradores comprometidos, también, es algo difícil de conseguir y se puede medir por el número de empleados inspirados en lo que hacen. Sobre la base de esta investigación de Harvard Business Review, los empleados inspirados son tres veces más productivos que los empleados insatisfechos, pero son escasos. Para la mayoría de las organizaciones, sólo uno de cada ocho empleados está realmente comprometido.

Entonces: El capital financiero es abundante, pero muy controlado, el capital humano es escaso pero no manejado adecuadamente. ¿Por qué? En parte, es porque valoramos la buena gestión del capital financiero. Y lo medimos sistemáticamente. La pregunta es la siguiente: ¿medimos de forma tan profesional nuestro capital humano?

¿Cómo podemos gestionar mejor el capital humano?

Mídelo. Como dice el refrán, no se puede gestionar lo que no se puede medir. Una sopa de letras vemos en los controles financieros (ROA, RONA, ROIC, rendimiento del capital invertido, TIR, MVA, APV, y similares) y para medir el capital humano ¿qué tenemos? Puede implementar métricas tales como este índice de capacidad productiva.

Invertir el capital humano como usted invierte capital financiero. Para el capital financiero, el mundo de los negocios ha desarrollado conceptos tales como el costo de oportunidad, lo que se refleja en el costo promedio ponderado de una empresa de capital. Medimos el valor de la duración de las inversiones, y establecemos tasas críticas de rentabilidad antes de implementar un solo dólar de capital. Llevamos a cabo simulaciones para evaluar diversos rendimientos en condiciones de incertidumbre, pero ¿para el capital humano? Tenemos que empezar a pensar en el costo de oportunidad de una hora perdida. Una forma de hacer esto es medir el costo de las reuniones.

En Bain’s Macro Trends Group, descubrieron que una reunión semanal del comité ejecutivo en una empresa consume 300.000 horas al año. Cuando Woodside, una compañía de petróleo y gas de Australia, realizó una mirada a las reuniones, descubrió que estaban consumiendo entre el 25% y el 50% del tiempo del personal. Una serie de iniciativas bien aplicadas, podría reducir el tiempo de reunión en un promedio de 14%.

Debemos pensar en los proyectos en términos de horas y dinero, así, y antes de invitar a una nueva reunión, evaluar el costo de oportunidad del tiempo y talento humano.

Supervisarlo. Los equipos de planificación y análisis financiero miden los resultados reales y esperados para la operación. Comités de gestión de inversiones evalúan nuevas ideas. Planes de gastos de capital son sometidos a una intensa revisión. Todos debemos presentar las solicitudes de aprobación de capital para liberar los fondos. Del mismo modo, para el capital humano, debemos hacer revisiones periódicas de la cantidad de recursos que estamos destinando a cada proyecto a fin de ir priorizando y buscando eficiencias.

Muchas herramientas de Big Data, como Microsoft Analytics Work Place, pueden proporcionar informes detallados de cómo usamos el tiempo.

Revisemos el caso de un proveedor B2B que quería averiguar lo que hizo que algunos vendedores mejoraran su desempeño . Un análisis estadístico de Analytics Work Place reveló que un mejor desempeño se debió a que los y trabajadores en promedio utilizaron su tiempo de manera diferente, algunas de las diferencias eran evidentes: pasar un promedio de cuatro horas o más por semana con los clientes, generaba un 25% más probabilidades de venta cruzada. Otro comportamiento altamente eficiente fue pasar más tiempo con personal de otras áreas (finanzas, legal, precios o comercial), ya que estos podrían ayudar a resolver problemas importantes de los clientes al momento de un incidente.

Reconocer y premiar el buen manejo del tiempo, talento y energía. Históricamente, un eficiente manejo de capital financiero podría catapultar la carrera de alguien.

La compensación variable a menudo está vinculada -en alguna medida- al valor económico que la persona puede añadir al negocio. Lo mismo debemos hacer con un líder que es capaz de generar valor en los equipos de trabajo, retener talento o desarrollar nuevas competencias en personas de un equipo de trabajo determinado. En conclusión, los líderes deben ser medidos y recompensados no tan solo por su gestión financiera, sino que también por la capacidad de generar valor en los equipos de personas que administran

Estas son sólo algunas de las maneras en que podríamos empezar a lograr una mayor disciplina para la gestión del capital humano. Hay probablemente muchas soluciones más creativas por ahí. El tiempo es finito. El talento es escaso y vale la pena luchar. La energía puede ser creada y destruida. Cuanto antes actuemos, más pronto obtendremos el rendimiento del capital humano que merecemos.

Takeaways: Con el mismo cuidado que tenemos en el control financiero, debemos administrar uno de los recursos mas escasos e importantes de la compañía: El Capital Humano. Recuerda siempre controlar, evaluar y eliminar vicios que puedan estar consumiendo tiempo de este preciado capital y te recomendamos siempre premiar a los líderes que entienden que el valor de desarrollar los talentos de una persona, retener cuando corresponde y contribuir al negocio desde las personas.

Artículo originalmente de Eric Garton y publicado aquí en el sitio de Harvard Business Review (en inglés)