En dos meses más, en el contexto de un seminario organizado por un Gobierno Federal y una Universidad Argentina, expondremos junto una compañera uruguaya y otro porteño sobre la “Gestión de personas en tiempo de crisis”.

Para qué contarles los cientos de whatsapp que llevamos tirando ideas, buscando preguntas y poniéndonos de acuerdo en qué presentar. Estábamos en eso cuando una pregunta reunió nuestros distintos puntos de vista: ¿Qué genera crisis en la gestión de personas de tu institución ahora?. Como directivo…a cargo de RR.HH… en el sector público: ¿Qué ha sido causa de dolores de cabeza?

Las pregunta es bien terrenal y eso nos gustó. Y te invito a darle una vuelta también, porque aplica desde el almacén hasta un ministerio:

¿Qué genera crisis en la gestión de personas de tu organización ahora?

Nosotros nos hemos respondido tres cosas:

  • El abuso del poder.
  • El ciclo político: cuando cambian todos los(as) jefes(as)
  • El ausentismo y el presentismo: cuando la gente no está o está pero no está.

El abuso de poder

Las instituciones públicas nacieron adscribiendo el principio de jerarquía. Este principio impide normativamente, por ejemplo, realizar evaluaciones de desempeño en 360º y configura como una falta disciplinaria el incumplimiento de una instrucción, poniendo en entredicho la ironía de esa frase con que las madres solían remover nuestros comportamientos infantiles: “…o sea que si te dicen tírate del último piso, ¿te vas a tirar también?”. Es posible que un funcionario(o) público se tire, y que lo haga porque dijo el Jefe(a). Eso no es ningún pecado, todo lo contrario, una estrellita.

Pero una cosa es usar el poder otorgado a un cargo para cortar el queque y asignar y distribuir recursos, y otra muy distinta es usar el poder a favor de beneficios personales ajenos a la función pública. A eso correspondería abusar del poder. Cuando esto ocurre, el uso del poder se mezcla con la definición de corrupción (PNUD) “Comportamiento de los individuos y los funcionarios públicos que se desvían de las responsabilidades establecidas y usan su posición de poder para satisfacer fines privados y asegurar sus propias ganancias”.  Lamentablemente, en Latinoamérica, el uso del poder tiende tanto al abuso.

El Ciclo Político

Algo parecido a cambio de administración o cambio de gerente general. Esos momentos, siempre silenciosos, en que el(la) jefe(a) es otro y todos pueden ser otros, y todo puede, eventualmente, partir de cero, e incluso tú te puedes transformar en un cero. Se aceleran algunos proyectos y se detienen otros. Puede ser una oportunidad, es cierto, pero que crítico es partir todo de nuevo.

Ad portas de una elección presidencial, los números de rotación de jefes(as) de la administración pública no son muy alentadores. Dejando aparte el cambio del 100% de las autoridades ministeriales, en el cambio de Gobierno del año 2010, se solicitó la renuncia al 63% de los cargos de Alta Dirección Pública de 1er Nivel y 30% de 2do nivel. Mientras, en el cambio de Gobierno del año 2014,  fue 61% y 32% respectivamente. Es decir, 2 de 3 jefes(as) de servicio se van, y 1 de 3 jefes(as) de división también. (http://www.clapesuc.cl/columna/la-alta-direccion-publica-esta-en-riesgo/)

El Ausentismo y el presentismo.

¿Quién no ha experimentado esa llamada o whatsapp, de último minuto, en que te enteras que alguien no irá a trabajar? O, esa licencia médica por nuevos 4 días cuando tu estimabas que solo era un resfriado.

Sin explayarse tanto en las definiciones, uno podría figurar que el ausentismo se refiere a cuando alguien, por alguna razón, no va a trabajar. Y el presentismo, cuando alguien va a trabajar, y está presente físicamente, pero realmente está en cualquier otro lado. Con las redes sociales hoy hay tantos lugares donde poder estar.

Al mencionar ausentismo en el sector público, recuerdo una exposición del año 2012, realizada por Leónidas Montes en un Seminario de ICARE, en donde arrojó el siguiente dato: Los funcionarios(as) públicos en Chile se ausentan 49 días al año a su trabajo, es decir, casi 10 de 52 semanas al año, contando vacaciones, feriados legales, y ausentismo promedio. El cual es 21 días anual por funcionario(a).

¿Qué crisis plantea esto para la gestión de personas en el sector público?

Que cualquier persona haciendo gestión de personas en el sector público lo realiza sobre un piso que al menos cada 4 años no se mueve, se contorsiona y todo cambia. En donde las decisiones se mueven en constantes dinámicas de uso de poder y sobre funciones con altísimos niveles de ausentismo.

En fin, nos queda harto por escarbar de estas 3 fuentes de crisis…

Takeaways: La gestión de personas en el sector público se realiza sobre un piso que al menos cada 4 año se contorsiona y en donde las decisiones se mueven por constantes dinámicas de uso de poder y con presencia de altos niveles de ausentismo.