Muchas veces hemos escuchado sobre la importancia de proyectar al entorno una Imagen Profesional que sea coherente, tanto para las personas que buscan desarrollar ciertas ventajas competitivas claves, como para las empresas, que quieren transmitir determinados atributos estratégicos a sus grupos de interés.

Ahora bien, si hablamos del concepto mismo de Imagen, según la RAE, lo podríamos considerar como la representación y apariencia de un algo, aunque cuando ampliamos esa definición y le añadimos la palabra pública, veremos que tiene que ver con “un conjunto de rasgos que caracterizan ante la sociedad a una persona o entidad”.

Socialmente, sobre todo en la cultura latinoamericana, la imagen está relacionada con la observación que hacemos de las demás personas, realizando una especie de repaso visual de ciertos elementos más evidentes como el vestuario, colores, formas, símbolos, entre otros, para luego formarnos una opinión mental respecto a ellos. De ahí que exista el mito colectivo que este concepto esté asociado sólo a un nivel superficial, cuando en la realidad tiene muchos matices, sobre los cuales profundizaremos a continuación.

Lo cierto es que la Imagen que queremos proyectar en la sociedad, debiese ser considerada como la visión que otros se construyen sobre nosotros y/o de nuestro negocio, basados en ese conjunto de rasgos y elementos que nos caracterizan, de los cuales podríamos destacar tres principales:

  • Disposiciones sensoriales: Son todos aquellos rasgos relacionados con los sentidos, desde la vista, olfato, gusto, tacto y oído.
  • Comunicación: Se refiere a las formas en que transmitimos los mensajes -algunos potencialmente significativos- a nuestro entorno.
  • Interacción: Hace alusión al rol o papel que desempeñamos en nuestras relaciones interpersonales, generalmente de forma inconsciente.

¿Cómo se aplican a la realidad?

Si lo queremos considerar a nivel personal: En este caso las disposiciones sensoriales estarían asociadas a todos los aspectos nuestros que son más perceptibles para los demás como: el vestuario -relacionado con el sentido de la vista-, determinado perfume -relacionado con el sentido del olfato-, el uso de la voz -relacionado con el sentido de la audición-, solo por nombrar algunos.

La comunicación se refiere a aquellos canales que utilizamos con mayor frecuencia para trasmitir lo que queremos decir, que pueden o no estar siendo efectivos, ya sea presencialmente, a través de redes sociales, por teléfono, entre otros.

La interacción tiene que ver con la manera de desenvolverme socialmente, en tanto conozco qué tipo de líder soy, cómo considerar a los demás en mis acciones diarias, sé cómo manejar los espacios físicos, etc.

A nivel de empresa, si pensamos en el clásico ejemplo de Starbucks sería: En cuanto a las disposiciones sensoriales podríamos destacar: el uniforme negro de sus colaboradores -ligado a la parte visual-, la música -ligada a la parte auditiva-, sus cafés personalizados -al sentido del gusto-, sólo por nombrar algunos de los más importantes.

En cuanto a su comunicación estaría principalmente asociada a encuentros presenciales de uno a uno con los clientes en donde se busca brindar una experiencia única, personalizada y familiar -como en el living de su casa.

Sobre la interacción ellos ejercen un rol más cercano y servicial, en tanto se adecúan a los requerimientos particulares de cada persona y desde un principio ya conocen tu nombre.

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Takeaways: De vez en cuando parece ser esencial revisar la forma en que estamos proyectando nuestros atributos estratégicos al entorno, ya sea tanto a nivel personal, como a nivel corporativo. Las tres claves principales son las disposiciones sensoriales, la comunicación y la interacción.¿Crees tú que actualmente estás proyectando una Imagen Coherente?