El éxito viene como resultado del esfuerzo, el aprendizaje y la persistencia, no solo del talento innato. Esta es la premisa de la investigación de la psicóloga de Stanford, Carol Dweck, y uno de los temas que más relevancia está cobrando en el mundo empresarial actualmente.

La investigadora determinó que los seres humanos pueden tener dos tipos de mentalidades o “mindsets”: Fixed (fija) o Growth (de crecimiento). Una conclusión a la cual llegó tras centrar sus estudios en el análisis de cientos de niños en Estados Unidos, y en cómo reaccionaron ante los fracasos ya sea en exámenes u otras actividades escolares. Aquellos con una mente fija, se daban por vencidos muy pronto y se convencían que no eran capaces de aprender. Las personas con esta mentalidad piensan que se nace con una inteligencia fija imposible de cambiar. Son de la teoría que si no se te da bien el inglés ahora, nunca se te va a dar bien, por ejemplo.

La buena noticia es que el “Growth Mindset” o mentalidad de crecimiento puede desarrollarse. Cada vez que nuestro cerebro aprende algo nuevo, las conexiones neuronales se vuelven más fuertes y el cerebro crece. Esto ocurre así tengamos 10, 20, 50 o más años.

Si pensamos que para el 2020 alrededor de 375 millones de trabajadores en todo el mundo tendrán que cambiar de rol o aprender nuevas habilidades, según un reciente informe de McKinsey, entonces el concepto de mentalidad de crecimiento va a adquirir una importancia sustancial.

De hecho, las empresas también pueden tener una mentalidad de crecimiento. Este tipo de organizaciones están muy familiarizadas con el mantra de adaptarse o morir, ya que la inteligencia artificial y la automatización están cambiando la forma en que se hacen los negocios. Las iniciativas de transformación digital están presionando hacia una fuerza laboral que pueda aceptar el cambio y una cultura organizacional con este pensamiento.

Por el contrario, creer que las cualidades están talladas en piedra, grafican una mentalidad fija y  las personas con una mentalidad fija evitan situaciones desafiantes que pueden conducir al fracaso porque el éxito depende de proteger y promover su conjunto de cualidades fijas y ocultar sus deficiencias.

Las personas con mentalidad de crecimiento como la estrella de la NBA, Steph Curry, trabajan sobre sus debilidades y siempre consideran que hay oportunidades de mejora. Es así como la máxima figura de los Golden State Warriors pasó toda la última pre-temporada trabajando para mejorar su desempeño. Para ello estuvo entrenando tres horas, seis días a la semana combinando realidad virtual con interminables ejercicios de tiro, todo con el fin de fortalecer su capacidad de visualizar mejor la cancha y aumentar su porcentaje de goles de campo. Según su entrenador, Curry no se iba nunca a su casa sin antes lograr entre 600 y 700 tiros buenos.

Takeaway: En las empresas, independientemente de si el objetivo es un mayor volumen de ventas, un flujo diversificado de ingresos o transformar el modelo de negocios, tener colaboradores con una mentalidad de crecimiento resulta ser fundamental para sobrevivir y adaptarse al cambiante mundo de hoy.