Una compañía neozelandeza nos demuestra como se puede reducir la jornada laboral a cuatro días, es decir 32 horas semanales, sin disminuir el sueldo de sus trabajadores. 

¿Se imaginan tener todas las semanas laborales del año un fin de semana largo? O en otras palabras trabajar cuatro días, descansar tres, y que tu sueldo no se vea reducido ni en lo más mínimo. Pues bien, lo que para algunos puede ser, “estar soñando despiertos”, para otros es una realidad. Al menos así lo demostró el experimento que aplicó por ocho semanas, entre marzo y abril de 2018, la empresa neozelandesa Perpetual Guardian, especializada en fideicomisos y testamentos. El proyecto estuvo bajo el monitoreo de un grupo de investigadores de la Universidad de Auckland quienes siguieron el comportamiento de los trabajadores durante el período de prueba, recolectando información cualitativa y cuantitativa que permitió dar con interesantes conclusiones y sobre todo considerar que la reducción de la jornada laboral fue un gran acierto.

Una de las conclusiones también está relacionada a que las ocho horas menos de trabajo no afectaron negativamente el negocio durante los dos meses que duró el experimento, básicamente porque los empleados rinderon más en la oficina y se declararon más felices. Al mismo tiempo, los trabajadores fueron más puntuales y tomaron descansos más cortos dentro de sus días laborales. El ausentismo laboral también se redujo. Las reuniones de dos horas se comenzaron a realizar en 30 minutos, lo que demostró que se hicieron más eficientes prácticas laborales de la compañía.

Es positivo pero la ley no lo permite (aún)

Los resultados han sido tan positivos que la empresa quiere implementar esta jornada como una política. Sin embargo tienen un impedimento: las leyes laborales del país aún no están adaptadas para que eso ocurra. Y es que al finalizar la prueba, también los empleados de Perpetual Guardian aseguraban tener mejor equilibrio entre su vida laboral y personal, incluso su estrés se redujo ocho puntos. Lo que según los investigadores los llevó a tener un mejor desempeño en sus actividades laborales.

Desde un comienzo el programa piloto de Pertpetual Guardian fue recibido con gran expectación en Nueva Zelanda, un país que está en el top 20 de los que más horas  trabajan en la OCDE, con 1.752 horas anuales de media por trabajador. El mundo y los principales medios internacionales siguieron el experimento paso a paso y han dado una amplia cobertura a las conclusiones.

De las grandes economías de la OCDE, en el país que menos se trabaja es, paradójicamente, Alemania. Allí la media está en 1.363 horas anuales. Y puede que esta cifra descienda aún más en 2018, ya que el principal sindicato metalúrgico del país ha conseguido que se apruebe la semana laboral de tan solo 28 horas. Esto demuestra que el tema de la reducción de la jornada laboral no solo se reduce al experimento de Nueva Zelanda, sino que es un tema real en otros continentes, como ocurre con muchos países de Europa. Por otro lado Chile es el sexto país que más trabaja con 1,954 horas anuales, un 43% más que Alemania.

Takeaways: Con las medidas de reducción de la jornada laboral las personas no solo se vuelven más eficientes, sino que reconocen que pueden tener un mejor equilibrio en sus vidas, realizando deporte, pasando más tiempo con la familia, etc. El tema en cuestión hoy va más allá del experimento, que parece ser un verdadero éxito, tiene que ver con las políticas laborales y las leyes de cada país en esta materia que impiden que las empresas puedan aplicar este criterio porque quedan fuera de la legislación vigente.