El pasillo es el canal de comunicación por excelencia en las organizaciones y, bien gestionado, puede ser también un canal muy efectivo. En el pasillo se genera toda la comunicación informal que, muchas veces, especialmente si proviene de compañeros con un perfil influyente, se convierte en un dogma de fe.

Los influencers en las empresas son colaboradores cercanos a la gente, con carisma. Su palabra tiene mucho respaldo y lo que dicen es aceptado por sus compañeros sin ningún tipo de dudas por lo que, si no están alineados con la organización pueden generar un efecto muy negativo. La credibilidad hoy en día es horizontal, se la das a tu compañero, a tu amigo, por lo que debemos dejar atrás el estilo de comunicación vertical…

“Nunca aprendí nada mientras estaba hablando” Larry King

Una persona a la que admiro me dijo una vez: «para luchar contra el pasillo, hay que estar en el pasillo» y entonces entendí que escuchar al pasillo debía ser una función clave en RRHH de cara a alinear al equipo con la estrategia y cultura de la compañía.

Uno de los grandes problemas de las empresas, que desemboca y se amplifica en el pasillo, es la falta de comunicación. Los directores, managers o gerentes muchas veces no escuchan ni entienden (o no conocen) las necesidades, inquietudes y expectativas del equipo lo que provoca malestar y, en ocasiones, fuga de talento. La base de una buena comunicación con el equipo es la escucha…

Falta de entendimiento intergeneracional

En un lado del pasillo, el del management, es habitual el discurso cuando-yo-era-jóven que engloba afirmaciones como: «los jóvenes de ahora no tienen compromiso», «nosotros trabajábamos más y mejor y no nos quejábamos tanto» etc.

La verdad es que esto no es nada nuevo; Sócrates ya afirmaba hace miles de años: «Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad (…) contradicen a sus padres y le faltan al respeto a sus maestros», o Hesíodo en el 720 ac afirmaba: » no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma el poder» así que se trata de un enfoque muy, muy viejuno…

Al otro lado del pasillo el discurso varía y es más del estilo no-se-me-tiene-en-cuenta con afirmaciones como «no me lo ha propuesto y sabe perfectamente que yo…», «nunca nos explican nada», «total, si va a decir que no»…

Lo cierto es que tu jefe no es tu padre y no tiene por qué saber lo que te pasa si tú no se lo dices, y tu subordinado no es tu hijo, para el éxito de cualquier equipo es necesario escuchar, comunicar, comprender y ceder y esta es la clave para minimizar el impacto del pasillo.

Comunicación y Empatía Organizacional

En las organizaciones muchas veces nos olvidamos de la importancia de la comunicación con los equipos, nos olvidamos de los intangibles, de lo que hay por detrás de las funciones, de los números y de los datos. Nos olvidamos del alma. Y, lo subjetivo, es un factor muy a tener en cuenta; la satisfacción del equipo debe entrar siempre en la ecuación.

Para que el equipo esté alineado con la estrategia es fundamental una comunicación transparente, sincera y bilateral. Las empresas muchas veces dan mucha importancia a su imagen externa, pero se olvidan de la interna y la realidad es que nuestros mejores embajadores de marca son los empleados.

No hables al equipo en tercera persona, hazles protagonistas para que se sientan involucrados.

Dedicamos mucho tiempo a trazar las líneas estratégicas, a preparar planes de negocio, a desarrollar proyectos y a tomar decisiones, pero una vez que tenemos «el producto» no invertimos el mismo esfuerzo en cómo lo vamos a comunicar: cómo afecta a las diferentes personas o colectivos, posibles daños colaterales y como minimizarlos, personas clave en ese proceso, aliados estratégicos… Y esto es casi más importante que lo anterior. Y no se trata de canales de comunicación, sino del enfoque de los mensajes.

La clave está en trasladar los mensajes con empatía, según el punto de vista del otro, teniendo en cuenta sus motivaciones y sus preocupaciones. Sólo hay que saber escuchar, porque a todos nos gusta que nos escuchen y, si sabes hacer las preguntas adecuadas, obtendrás las respuestas adecuadas.

Más allá del protagonista…

He visto muchas veces como la pereza a enfrentarse con situaciones delicadas hace que no se trasladen determinados mensajes. Nos encanta comunicar al «protagonista» una promoción o un premio, sin embargo, muchas veces no nos planteamos como afectará esta decisión al resto del equipo. No explicamos a aquellos que tenían expectativas de promocionar o de conseguir ese premio el motivo de la decisión. Y, el pasillo, muchas veces, es injusto con el premiado.

Es fácil pensar que si no te enfrentas a un problema este desaparece… pero no desaparece, se magnifica, y el pasillo es un excelente canal de comunicación, incontrolable, distorsionado y de gran alcance, especialmente si no se tiene otro…

 

Takeaways:  ¿Cómo luchar contra el pasillo desde RRHH?

  • Preguntando y dándole voz, si no conoces las preguntas es difícil dar las respuestas adecuadas.
  • Detectando a los “influencers” e involucrándolos en la comunicación corporativa.
  • Estableciendo foros informales de encuentro: cafés, almuerzos, dándose una vuelta por “el pasillo” …
  • Implantando canales dinámicos de comunicación interna como yammer o workplace (y dinamizándolos bien para que funcionen, las herramientas son herramientas, lo importante es el uso que se les dé).
  • Comunicando desde la perspectiva del otro “no me cuentes tu vida, cuéntame lo que me interesa saber y haz que me interese”.