Hace unos días estuve en Buenos Aires junto a un grupo de profesionales de Latinoamérica, participando de una jornada de entrenamiento para potenciar la Comunicación Interna (CI) a través de los líderes.

En la actividad, realizada por uno de mis referentes en Comunicación Interna Alejandro Formanchuk, conversamos acerca de diferentes casos, compartimos experiencias desde nuestro rol como asesores comunicacionales de los líderes y sobre herramientas útiles que facilitan nuestra gestión en ese ámbito.

En ese contexto, uno de los puntos que tratamos, fue acerca del rol y la importancia de las personas con gente a cargo en la CI, donde Alejandro hizo una reflexión que llamó mucho mi atención: “Los líderes tienen la capacidad de viralizar la información, porque pueden lograr que los mensajes lleguen a todos”, dijo.

Puede sonar un poco obvio si se escucha ligeramente. El tema está en que a menudo, los líderes olvidan que comunican todo el tiempo (con mensajes o acciones), y el impacto que generan con esto en los equipos y sus resultados. Y aunque Alejandro se refería a este punto en un contexto positivo, no pude evitar que se me vinieran a la mente organizaciones con las que he trabajado, en donde la viralización que los líderes provocan es totalmente negativa.

A ver si te suenan cercanos algunos de estos ejemplos:

CASO 1: La organización entrega un mensaje relevante y delicado, referente a la toma de acciones para la disminución de gastos de la compañía, con el objetivo de evitar una crisis mayor. El líder transmite esto a su equipo y les pide alinearse, sin embargo, cuando le toca realizar el viaje de visita mensual a la operación del norte, gestiona la compra de los pasajes dos días antes, teniendo que pagar el precio más alto por un viaje que sabe que debe hacer mensualmente y podría haber gestionado con antelación, ahorrándole costos a la compañía.

De esta manera, y con tal solo una acción, el líder está invalidando cualquier iniciativa que la organización esté gestionando, esparciendo el mensaje que, aunque la empresa diga “A”, se puede hacer “Z” y no pasa nada. ¡CUIDADO! Virus detectado.

CASO 2: Durante el proceso de feedback, el líder improvisa la instancia con su reporte, llamándolo a su oficina en el mismo momento, sin haber agendado previamente y coartándole la oportunidad de que el colaborador pensara y analizara la conversación para hacerla más constructiva. El líder pasa rápidamente y a modo de “check” por lo positivo, pero luego se detiene y detalla las oportunidades de mejora del colaborador, para finalmente, concluir diciéndole que tiene su plan de trabajo listo y subido a la plataforma interna para que lo empiece a aplicar, sin considerar lo que pueda querer aportar el protagonista de dicho plan.

Lo que ese colaborador probablemente comente acerca de su feedback cuando sus compañeros le pregunten, es que su líder –y por ende la compañía- no cuidan el proceso, no están interesados en lo que pueda querer decir y menos en aportar para su propio plan de trabajo. ¡PRECAUCIÓN! Virus propagado.

CASO 3: La organización tiene un objetivo compartido para todas las áreas y ha pedido que estas se colaboren en pos de alcanzarlos. Como los líderes de las áreas no hablan entre ellas, ni se comparten sus proyectos ni información, cuando el colaborador del equipo de Marketing le comenta a su gerente que el área Comercial le pidió colaboración, el gerente de Marketing le responde que, en vez de facilitársela, armen ellos el proyecto y no le pregunten a nadie. La ambición (secreta) de ese líder es llevarse los aplausos/ las flores/el bono /la posibilidad de ascenso/ solo, corriendo el riesgo de no contemplar todos los aspectos y muchas veces olvidando el objetivo inicial de la meta compartida.

Es así como el mensaje entregado a los equipos, es que nuestros compañeros son nuestros rivales, que en vez de potenciarse mutuamente tienen que competir y ojalá derribarse, y que no hay nada más importante que los objetivos propios. ¡ALERTA! Virus en camino a provocar una epidemia.

Estos son solo algunos ejemplos que comparto, para decir que muchas veces, son los mismos líderes los que viralizan negativamente mensajes, conductas y comportamientos que terminan por ensuciar la cultura que la organización está tratando de construir internamente. Y ahí está la gran tarea de las áreas y personas a cargo de la CI. Tenemos que ayudar a los jefes a concientizar su rol comunicacional y a entregarles herramientas que mejoren su performance como tales.

Nuestro objetivo está en trabajar para que la viralización que realicen los líderes sea positiva, potenciando el desarrollo de la estrategia del negocio y la cultura de la compañía a partir de su ejemplo.  Para esto, tenemos que conocer a quienes cumplen este rol y sus equipos, identificar cómo gestionan su comunicación y las necesidades particulares que tengan, para que a partir de ahí, los hagamos conscientes de su comunicación y podamos generar planes de trabajo contundentes que arrojen resultados positivos.

Takeaways: Los líderes deben ser conscientes del rol que cumplen en la Comunicación Interna (CI) de una organización. Un mensaje de ellos es tan potente y efectivo, que tiende a viralizarse rápidamente. Sin embargo, si el líder no es consciente de esto, puede que genere un impacto negativo.

La tarea de las áreas y personas a cargo de la CI en las organizaciones está en conocer a sus líderes y equipos, saber cómo funcionan y se comunican, y desde ahí generar acciones y/o planes de trabajo que reviertan las viralizaciones negativas y potencien la estrategia y cultura organizacional.