El actual contexto de pandemia ha impactado fuertemente las emociones de las personas, provocando altos y bajos en los estados de ánimos. Poder gestionar las emociones es fundamental para mantener un buen ambiente laboral y productivo.
La mayoría de los gerentes cometen un gran error al pensar que sus colaboradores deben dejar su vida emocional fuera de la oficina. Se solía creer que serían más productivos en su trabajo, con un estilo de liderazgo indiferente hacia las emociones, creando un ambiente de trabajo poco amable e improductivo. Los colaboradores entonces, tendrían que gastar las energías ocultando sus emociones, lo cual es imposible al notar el gran impacto emocional que ha provocado esta crisis.
Existe una relación directa entre la estabilidad emocional de las personas y el desempeño. Las emociones negativas influyen en los resultados, hay que estar atentos a la detección precoz de los síntomas de malestar emocional: ira, hostilidad, cansancio, licencias, entre otros y poder aplicar estrategias que neutralicen esas emociones negativas. Reforzar las emociones positivas como parte del estilo de liderazgo tiene una influencia muy importante en la satisfacción laboral.
Para ello, los Gerentes de RRHH deberían diseñar programas donde sus líderes gestionen las emociones, considerando tres (3) aspectos claves:
- Los líderes deben conocer a sus colaboradores más allá de su CV
- Posibilitar un dialogo continuo
- Tener como clave la confianza que fundamenta contractualmente las relaciones afectivas entre personas, sean éstas implícitas o explícitas.
Para comprender la motivación de un colaborador, un líder debe tratar de comprender como las personas perciben el mundo y reconocer cuáles son para él o ella sus necesidades básicas. Descubrir sus intereses y aquellas cosas que lo emocionan de la vida y las que no, es decir, sus expectativas como persona y no solo como un empleado, es ver más allá del CV.
¿Cuál sería la mejor manera de obtener las respuestas que los líderes necesitan sobre sus colaboradores?
A través de conversaciones regulares con los trabajadores, un diálogo, que es más que solo comunicarse. Crear un diálogo significa fomentar un ambiente de trabajo donde los empleados puedan conversar entre sí y con la gerencia de una manera abierta y que brinde a los trabajadores una sensación de ser escuchados.
¿Cómo saben los empleados cuándo han sido escuchados?
Si los líderes pueden aprovechar la motivación de sus trabajadores y crear un diálogo continuo, podrán aprovechar el tercer elemento, la confianza. Los líderes que escuchan y entienden las necesidades de sus empleados estarán mejor equipados para realizar cambios dentro de su organización, lo que beneficiará a los trabajadores y a la organización misma. En resumen, lo que se requiere para abordar el cambio y superar la crisis actual. es “tratar a los demás como te gustaría que te trataran, si te encontraras en su misma situación”, trabajando los acontecimientos con una actitud mental positiva, que influya internamente y en el ambiente laboral directamente.
Takeaways: Las emociones en la organización deben ser gestionadas, más aún en esta pandemia. Aquí, les compartimos algunas estrategias para llevar a la práctica que traerán beneficios de manera inmediata.