Como notarás, el título de este artículo son dos preguntas. ¿Por qué? Porque antes de responder la segunda vamos a explicar la primera, de esta manera podremos desarrollar con más evidencia el cómo implementar una jornada de 40 horas en tu empresa.

Desde siempre, Latinoamérica ha sido uno de los continentes donde las regulaciones laborales permiten que se trabaje durante muchas horas semanales. Esto responde a múltiples factores culturales y económicos.

Mientras en Europa desde hace años se discute el reducir la jornada laboral a 4 días, en ciertos países de nuestra región, los empleados que trabajan hasta 48 horas semanales tienen derecho, únicamente, a 15 minutos libres por día.

Si bien la jornada de 40 horas está destinada a morir, en el presente, y sobre todo en Latinoamérica, sigue siendo una manera efectiva de gestionar el día a día de una organización.

Entonces, como comentamos al inicio, vamos a empezar por dar un repaso y conocer cuántas horas a la semana se trabaja en Latinoamérica.

Jornada laboral por país en América Latina

Los países de la región donde las jornadas son más largas, son: Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Panamá. En estos lugares, por ley, un empleado puede trabajar un máximo de 48 horas semanales, lo que implicaría 8 horas diarias durante 6 días a la semana.

En Chile, la jornada laboral es de 45 horas semanales. Según la normativa, estas horas no pueden distribuirse en más de 6 días ni en menos de 5, teniendo un límite de 10 horas diarias. A Chile le sigue muy de cerca Brasil, con una jornada semanal de 44 horas.

¿Cómo reducir la jornada laboral a 40 horas?

Esta es una pregunta bastante compleja y no existe una respuesta universal; todo va a depender de las condiciones en cada país.

Por ejemplo, en Chile ya se empezaron a hacer algunos esfuerzos para reducir la jornada a 40 horas. Esta fue una de las propuestas del actual presidente Boric durante su campaña, y a día de hoy, al menos 4 empresas cuentan con el llamado Sello 40 horas, una certificación que tiene el objetivo de promover el proyecto de reducción de la jornada.

Entonces, ¿es necesaria la intervención del Estado para que las empresas puedan reducir las horas laborales?

Veamos el caso de Europa. Si bien la mayoría de países tienen un límite legal de 48 horas por semana, el promedio de la región es de 37 horas semanales. Existen casos como el de Alemania, donde el promedio se ubica en 34,2 horas semanales.

Volviendo a Latinoamérica, podemos notar que la legislación sí jugaría un rol más protagónico de cara a una reducción de la jornada laboral. Esto se debe a un montón de factores, pero generalizando y simplificando, es un tema de costumbre y cultura.

El latinoamericano está acostumbrado a vivir por y para el trabajo, y no encuentra demasiado conflicto en dedicar muchas horas del día a cumplir una jornada laboral. Las empresas, por su parte, tienen calendarios establecidos en base a más de 40 horas, y el modificarlos traería un montón de retos.

¿Es necesario reducir la jornada?

De nuevo, es un tema muy profundo y complejo. Vamos a partir diciendo que, ya sea a través de una legislación o mediante iniciativa de una organización, el reducir la jornada laboral a 40 horas no significa que una persona trabajará menos durante la semana.

Y no es solo por el tema cultural, también es por el económico. Un colaborador que de pronto se vea con 5, 6 u 8 horas disponibles por semana, está propenso a dedicarlas a una segunda actividad laboral. Esto es algo que puede impactar negativamente en sus niveles de productividad.

Entonces, volviendo a la pregunta original, ¿cómo implementar una jornada laboral de 40 horas en tu empresa?

Si quieres hacerlo por iniciativa propia, sin esperar a que te obliguen las leyes, empieza por detectar las necesidades de tus empleados.

Instrúyelos acerca de qué tipo de actividades pueden ejecutar en esas horas libres, que les sirva para enriquecer sus vidas en diversos ámbitos.

Al final, el objetivo es mejorar la calidad de vida de los empleados para, de esta manera, darle un empujón a su productividad.

También, necesitas garantizarle a tus trabajadores una suficiente solvencia económica, de lo contrario, verán el tiempo libre como un tiempo que necesitan monetizar.

La empresa del futuro

Es imposible saber cómo será el futuro, pero podemos imaginarlo y proyectarlo. Y si algo es seguro, es que con el paso del tiempo cada vez serán más los procesos que se digitalicen, convirtiendo al teletrabajo en la forma más predominante en que el empleado realice sus funciones.

Justamente, una de las ventajas del teletrabajo son las jornadas flexibles, permitiéndole al trabajador escoger durante cuáles horas al día realizará sus tareas.

En el futuro, podemos pronosticar un trabajo más enfocado en los resultados y no en las horas/hombre. A medida que el trabajador demanda independencia, también asume nuevas responsabilidades.

El empleador tendrá que aprender a soltarle la mano al empleado y dejar que este organice su tiempo como desee; que el trabajo sea parte de su vida y no al revés.

Y por otra parte, el empleado tendrá la responsabilidad de aprender a organizar su tiempo y equilibrar su vida personal con la laboral, a fin de no dejar de lado el trabajo por la tentación de las distracciones del día a día.

En este contexto, la cantidad de horas laborales que un Estado establezca como máximo por semana será una cuestión meramente anecdótica.

Takeaways: En la mayoría de los países latinoamericanos se trabajan entre 44 y 48 horas semanales. Para implementar una jornada de 40 horas, es necesario asegurarse que el empleado no invierta las horas libres en otras actividades laborales que puedan afectar su productividad. Esto se logra con buenos sueldos y estimulando otro tipo de actividades.