La humildad no es un término que normalmente asociamos con los líderes de negocios exitosos. Los arquetipos tradicionales de líderes invocan imágenes de individuos carismáticos. Egoísta. Manipuladores. Agarrando la gloria y el foco de atención por sí mismos.

Y sin embargo, hemos visto una y otra vez cuán desastrosas pueden ser las consecuencias de la falta de humildad en la cima.

Sólo el 30% de los empleados en una encuesta reciente dijeron que ven a su Gerente General con las cualidades de un líder con moral, mientras que sólo el 14% dijo que sus líderes casi siempre reconocen sus fallas, y un magro 6% dijo que sus líderes piden ayuda de una manera que expone su vulnerabilidad.

Algunos líderes pueden temer que mostrar humildad puede hacerles parecer débiles, faltos de confianza o de decisión, o no estar dispuestos a correr riesgos. Pero la humildad es en realidad crucial para ser un líder bueno y efectivo. A continuación se explica por qué es importante la humildad, cómo identificar a los trabajadores con este rasgo crítico y cómo cultivarlo en su organización.

Por qué es importante la humildad?

La humildad permite a la gente estar abierta a la posibilidad de cometer un error. Es una parte integral del liderazgo moral. Si le falta humildad, es menos probable que reconozca el potencial de errores o fallos en su trabajo o decisiones.

La humildad puede moderar algunos de los potenciales peligros éticos inherentes al uso de la tecnología. El reconocimiento de las implicaciones éticas de las decisiones y la voluntad de buscar posibles sesgos, errores o un mal juicio pueden contribuir en gran medida a abordar estos riesgos potenciales.

Para los líderes, la humildad puede proporcionar un equilibrio a los comportamientos egoístas que a menudo los llevan a tener éxito. Los líderes humildes y modestos están dispuestos a admitir sus errores, dejar de lado su ego y dar poder a los demás. Y eso los hace mejores, más exitosos líderes morales.

Cultivar la humildad

El primer paso para las organizaciones que quieren cultivar la humildad en su fuerza de trabajo es acordar que la humildad es una característica clave del liderazgo exitoso. ¿Qué significa la humildad para su cultura organizativa?

Una vez que haya una comprensión colectiva de cómo es este comportamiento, se pueden desarrollar procesos de selección para identificar este rasgo en el talento potencial. Una clave para este proceso es reconocer que los comportamientos socialmente deseables son culturalmente dependientes. Por ejemplo, cómo se ve la humildad en los EE.UU. puede ser muy diferente de cómo se ve en Japón o Argentina.

Las evaluaciones deben tener en cuenta esas variaciones culturales para determinar la métrica utilizada para medir el rasgo. Construir normas basadas en la cultura en la evaluación de esta característica es clave para capturar el comportamiento socialmente deseable para ese grupo en particular.

Hacer de la humildad un valor central

Uno de sus primeros pasos debería ser involucrar a los gerentes de contratación y a los responsables de la toma de decisiones de su organización en la comunicación del valor y la importancia de la humildad y, lo que es más importante, en la participación de estos comportamientos.

El siguiente paso es poner el comportamiento a prueba. Mirar empíricamente a los datos para entender qué tan bien se relaciona la humildad con el desempeño. ¿Cuál es el retorno de la inversión logrado al medir y evaluar este concepto? ¿Qué valor aporta a su negocio?

Pero esto no se trata sólo del retorno de la inversión financiera. ¿Sus empleados están más contentos de formar parte de una organización que valora este rasgo? ¿Ve usted mayores niveles de compromiso como resultado de centrarse en estos conceptos y de buscar la humildad en su contratación?

La adecuación cultural es importante cuando se trata de contratar y retener a los trabajadores. Es importante asegurarse de que está trayendo a personas que encajan en la cultura de su empresa, especialmente si su organización tiene una huella en más países.

A pesar de que la humildad no es una característica tradicionalmente vinculada a los líderes empresariales exitosos, es una parte integral del liderazgo moral. Puede abrir a las personas a la posibilidad de cometer (y aprender de) los errores, reconocer las contribuciones de los demás y fomentar un entorno de honestidad y apertura.

La humildad es una de las áreas que se miden en un cuestionario de personalidad como Aon ADEPT-15® y forma parte del Estilo de Trabajo en Equipo (junto con la Cooperativa y la Sensibilidad). El Estilo de Trabajo en Equipo es uno de los seis amplios estilos de trabajo. Los que tienen un alto puntaje de Humildad tienen una naturaleza genuina que lleva a sus empleados a sentirse seguros al acercarse a ellos con problemas, sabiendo que les darán consejos honestos sin el temor de que compartan esta información con otros.

¿Cómo se ve la humildad en el comportamiento?

Los que obtienen un alto puntaje en Humildad probablemente se vean como sinceros, abiertos y modestos, no motivados por ganancias materiales ni buscando el crédito personal por el éxito, son Líderes auténticos. Los que están en el otro extremo de la escala pueden parecer más jactanciosos de sus propios logros y particularmente efectivos en crear circunstancias y posicionar a si mismo, a impresionar. 

Debido a que los que tienen un alto grado de humildad no están motivados por su estatus personal, se centran en los intereses de los demás (por ejemplo, el equipo, la organización) y ponen esas necesidades por delante de las suyas propias. Como tal, tienen una mayor capacidad para analizar situaciones y sopesar las consecuencias de sus acciones en términos de sus efectos sobre otras personas, su moralidad y su coherencia con lo que uno ha prometido hacer.

En nuestra experiencia, la integridad va de la mano con la confiabilidad. Miramos esto desde un doble enfoque: el primero es sobre el control de los impulsos, y el segundo sobre la conciencia ética. Esos dos juntos llenan ese espectro de confianza

Takeaways: La Humildad en el Liderazgo puede beneficiar la organización en varios aspectos como fomentar innovación, mejorar retención, mejorar integridad en sus empleados. Para generar y cultivar humildad en la organización se debe reconocer como valor central y medir su efecto.