¿Hola? ¡Hola! Sí, tú, el de RRHH ahí detrás de la pantalla… ¿te acuerdas cuando entraste a trabajar? ¿Te acuerdas de tus primeros años en RRHH? ¿Te acuerdas cuando casi todos los esfuerzos en temas de liderazgo iban dirigidos a atraer, retener y desarrollar ese talento que tenía un “claro perfil de líder”? ¡Ese! ¡Ese mismo! ¿Ese que cuando le aplicaste el test de Liderazgo (Jung) resultó ser rojo y sus principales características eran ser competitivo, altamente orientado al logro, capaz de asumir riesgos, etc.? ¿Ese que sus oportunidades de mejora apuntaban a que tenía que “trabajar” su asertividad, su inteligencia emocional y su capacidad de escucha porque tendía más a actuar que a relacionarse con las personas? ¿Te acuerdas?

En algún punto de la historia, no solamente organizacional sino de la humanidad, el éxito del liderazgo pasó a basarse casi exclusivamente en las competencias cognitivas, premiando la inteligencia más que a las competencias físicas o afectivas/ emocionales. En el plano organizacional, vimos cómo los líderes que comenzaron a destacar eran, la mayoría, personas que mostraban un cierto grado de arrogancia, un orgullo extremo o un excesivo nivel de confianza. Algunos comenzamos a notar  que había una sobrestimación de las competencias profesionales, los logros y las capacidades, al mismo tiempo en que comenzamos a escuchar más quejas de los empleados, a ver más intervenciones de clima, más licencias y un largo etcétera.

Según el Digital Vortex (2015) en una era de inteligencia artificial que se caracteriza por una disrupción intensa, de cambios rápidos y ambiguos, hoy tenemos que repensar el liderazgo efectivo. Algunas cualidades, como el conocimiento profundo del sector, la decisión, la autoridad y centrarse en tareas a corto plazo, están perdiendo su prestigio, mientras que otras, como la humildad, saber adaptarse, tener visión e involucrarse constantemente, tomando un papel más protagónico.

A ver… ¿nos están diciendo entonces que los tipos a los que en esos años les aplicamos el mismo test y resultaron ser amarillos, caracterizados ser buenos comunicadores, basarse en las relaciones y ser creativos; o los verdes, que típicamente tendían a establecer lazos de confianza y lealtad con las personas ¿hoy están tomando mayor protagonismo?

¡OH WAIT!

Sí. Parece ser que en estos tiempos de agilidad, no saber todo es mucho más aceptado que antes, admitir que otros saben más que uno está bien, no pasa nada e incluso ya no es extraño que alguien que ocupa un puesto menor o tenga menos experiencia que uno, haga aportes clave e incluso que pueda ser tu Mentor, como ocurre hoy en Nestlé con su programa de mentores inversos… Aunque todo esto parece obvio, no era así hasta hace poco tiempo atrás.

¿Significa entonces que el liderazgo actual es completamente distinto al de hace 15 años atrás? ¿O que los líderes “rojos” ahora son malos y los “amarillos” o “verdes”  buenos o mejores? No. Claramente no es así y antes tampoco lo era.

Sin embrago, hoy podemos ver que en estos tiempos donde la Inteligencia Artificial llegó para quedarse, las competencias duras de los líderes están siendo cada vez más eclipsadas por las máquinas y las blandas, adquiriendo más importancia que nunca.

Es así como creo que uno de los mayores desafíos que tenemos hoy como RRHH, es pregonar (con la misma fuerza de hace 15 años o más) y trabajar por y para que nuestros líderes puedan adoptar este estilo que releva la Humildad (que no es lo mismo a timidez, ojo con eso), ese estilo que no sólo beneficia a la persona que lo pone en práctica sino también favorece a los demás, creando entornos positivos, basados en el respeto, la tolerancia y los resultados que finalmente son un WIN-WIN empresa – individuo. 

Sabemos que los líderes positivos irradian “positivismo”, y que en lugar de generar una espiral descendente, crean una espiral ascendente que eleva los comportamientos de los empleados. Mientras la integridad y la inteligencia emocional siguen siendo importantes, a mi modo de ver, los líderes de hoy tienen el desafío más lindo de la historia organizacional: aprender a ser humildes, adaptarse a los nuevos desafíos que van apareciendo en el camino, ser firmes en su visón y objetivos e involucrarse constantemente en el mundo cambiante que los rodea.

Takeaways

En una era de inteligencia artificial donde cada vez sentimos con más fuerza los efectos de lo disruptivo, de los cambios rápidos y de la ambigüedad, nos estamos viendo enfrentados también a redefinir el liderazgo efectivo. Características como el conocimiento profundo, centrarse en tareas a corto plazo y la autoridad, están perdiendo protagonismo mientras que otras, como la humildad, tomando un papel cada vez más relevante.