Como se comentó en la publicación anterior, sabemos que la incorporación y asimilación de las tecnologías en el ámbito laboral debe estar acompañada del desarrollo de competencias en los colaboradores. En base a un estudio realizado a 6.650 trabajadores, un panel de expertos chilenos logró identificar tres categorías principales de competencias digitales: Dimensión 1: Genéricas Digitales, Dimensión 2: Contextuales y Complementarias, y Dimensión 3: Digitales Especializadas.

Hoy ahondaremos en las Competencias de la Dimensión 2: Digitales Contextuales y Complementarias, las cuales se refieren a las habilidades, conocimientos y actitudes que no están relacionadas propiamente con la capacidad de usar la tecnología de manera efectiva, sino que implican la comprensión y concientización de la existencia de un nuevo entorno para la realización del trabajo, el cumplimiento de tareas y el despliegue de un buen desempeño.

Esta dimensión incluye 8 competencias que abarcan habilidades y conocimientos técnico-operacional, estratégico y comunicacional:

1. Conciencia ética y social para el uso de la tecnología: necesarias para comportarse de una manera socialmente responsable con las demás personas (aspectos legales y éticos), y al mismo tiempo apunta a evaluar el uso responsable respetando entornos sociales, culturales y generacionales.

Sólo un 50% de los participantes declaró dominar aspectos legales de las tecnologías digitales para un uso responsable.

2. Pensamiento crítico: disposición y habilidad para participar en una actividad con escepticismo reflexivo, centrado en decidir qué creer o hacer (Fasko, 2003).

Un 71% considera muy relevante para su desarrollo laboral aplicar mecanismos para contrastar la información de diferentes fuentes en línea, y así identificar fuentes fidedignas que permitan analizar y tomar las mejores decisiones.

3. Creatividad e innovación: necesarias para usar tecnologías con el objetivo de descubrir nuevas y mejores formas de hacer las cosas (creatividad), e implementar dichas ideas de un modo diferente (innovación) con la finalidad de superar situaciones existentes.

Un 70,6% comprende el potencial y uso de la tecnología para implementar nuevas y mejores maneras de hacer las cosas. Sin embargo, existe del 6,1% entre lo y la relevancia que es tener esta competencia para su desarrollo laboral.

4. Predisposición al cambio: necesarias para adaptar el pensamiento, la actitud y el comportamiento en entornos cambiantes y de incertidumbre.

Un 81,6% consideró tener un buen dominio de las habilidades para adaptarse a nuevas maneras de hacer su trabajo en un contexto de cambios tecnológicos, mientras que un 79% afirmó entender el porqué de los cambios organizacionales antes de mostrar resistencia.

5. Compromiso, proactividad y responsabilidad (Accountability): necesarias para establecer metas propias, fijar objetivos y gestionar la progresión de manera autónoma (disciplina interna para cumplir compromisos personales y de equipo).

Sobre el 80% le otorgan relevancia al dominio y gestión del tiempo en el trabajo sin la necesidad de supervisión, junto con la habilidad de encontrar soluciones de forma autónoma ante imprevistos.

6. Aprendizaje continuo: necesarias para explorar de forma constante nuevas oportunidades de formación, que permite trabajar en todo momento y lugar, por ende, aprender con y de los demás sin importar la distancia a la cual se encuentren.

Sólo un 52,1% declaró un dominio alto de conocimientos y habilidades para lograr comprender las necesidades de mejora y actualización de las propias competencias, generando una brecha del 6,6% con respecto a la relevancia otorgada a esta competencia para su desarrollo laboral.

7. Visión: necesarias para comprender cómo el fenómeno digital puede afectar (positiva o negativamente) la propuesta de valor y modelo de negocio de una empresa, proyectándose también hacia futuro.

Si bien un 75% considera muy relevante tener visión del impacto de las nuevas tecnologías, casi un 40% indicó dominar poco o nada las tendencias digitales para mantenerse informado sobre los cambios del futuro.

8. Pensamiento computacional: necesarias para crear soluciones, diseñar sistemas y comprender el comportamiento humano haciendo uso de técnicas informáticas para resolver problemáticas (Wing, 2006; García-Peñalvo & Cruz-Benito, 2016).

Un 45,6% considera que dominar la programación computacional es relevante para el desarrollo laboral en su organización, sin embargo, sólo un 29,4% indica poseer un buen dominio de esta competencia. Al igual que las competencias Genéricas Digitales, las competencias Contextuales y Complementarias son relevantes para sobrevivir al mundo laboral actual. ¿Cómo podemos potenciarlas? A través del aprendizaje continuo.

Una adecuada disposición para adquirir nuevos conocimientos se ha convertido en un factor estratégico para la competitividad de las empresas, pues el cambio tecnológico ha propiciado un ecosistema que exige mayor agilidad e innovación. “Aprender a aprender se ha convertido en la prioridad del siglo XXI”.

Takeaways: Esta segunda parte del estudio de competencias digitales de nuestro país, se detalla cómo estamos hoy preparados y qué necesitamos para seguir potenciando el desarrollo de estas competencias. Queda en evidencia la importancia del aprendizaje continuo para seguir desarrollándonos.