“La verdad o realidad es una experiencia, por lo que se debe liderar a partir de ella y no de las teorías” (Lao Tse)

En un artículo anterior publicado en HR Connect por People & Partners, se invitaba a dejar de hablar de liderazgo y a generar un “antiliderazgo” que fuera coherente y funcional a la nueva era de revolución tecnológica  y cambio constante que vive la humanidad. Al respecto, lo primero que se debe tener en cuenta es que el término “antiliderazgo”, no debe asociarse a una connotación negativa de lo ya conocido, sino a un medio eficaz que muestre un camino renovado que lleve a una nueva esencia y forma del liderazgo, cuestionando y demoliendo los elementos que resultan caducos y disfuncionales para la época actual. Es decir, y tal como se señalaba en el mencionado artículo, “revolucionar el liderazgo sin excluir el liderazgo”.

Lo segundo que hay que tener en consideración, es que la evolución que viene experimentando la humanidad en los últimos años es mucho más profunda que los cambios derivados de una revolución tecnológica y de la transición a lo digital. Estamos, ni más ni menos, que frente a un cambio de ciclo, que tiene que ver con la evolución y expansión de la consciencia, lo que ya se aprecia a todo nivel, tanto en personas como en Organizaciones. Esto hace que lo que hemos conocido hasta ahora como liderazgo deba ser reformulado, simplemente porque ya no es funcional a las necesidades de hoy. En este punto surge una pregunta absolutamente válida :¿Porque tiene que ser reformulado algo ya establecido, que dentro de ciertos márgenes es aceptado, y que tiene sustento teórico que es avalado por académicos, por universidades, por empresas y por variadas organizaciones?. La respuesta a esta interrogante, tiene tres aristas:

El concepto

El liderazgo, con el tiempo se ha convertido en un concepto, y cualquier cosa que se convierta en un concepto debe ser desmantelada si queremos ver y aproximarnos a la realidad. Muchas veces somos atrapados por las palabras Más que entender mediante conceptos, hay que comprender el liderazgo; y la comprensión no es un agregado de distintas  piezas de conocimiento; es una apreciación directa e inmediata de la realidad. Teniendo en cuenta que el liderazgo en su esencia, es una semilla que cada persona, por el hecho de serlo, tiene en su interior, sólo se requiere que se la atienda y se la riegue para que ella se active y se desarrolle. Por lo tanto, para existir, el liderazgo no requiere ninguna forma ni conceptualización. Simplemente es una realidad que hay que encontrar, a partir de una práctica vivencial constante, dentro de cada uno de nosotros. En vez de contentarnos con un concepto o un simple reflejo lejano, hay que encontrar la realidad directamente.

La práctica

No sirve de mucho tratar de entender el liderazgo intelectualmente, hay que practicarlo. El auténtico liderazgo no es teoría: se experimenta no se conceptualiza. Y para experimentarlo hay que retomar nuestra naturaleza original a través de un camino que nos invite a una práctica constante. Al practicar simplemente mantenemos nuestra naturaleza original tal como es, momento a momento, día tras día, generando un efecto acumulativo tipo cascada, que deriva en un trabajo y servicio total, con plena atención y entrega, y sin apego al resultado y al logro. Por lo tanto, no hay que intelectualizar nada, solo “Ser”. Cuando tú llegas a ser tú, el auténtico liderazgo se expresará en todo lo que tú hagas, y este proceso se perfeccionará sólo a través de la práctica constante.

Lo visto y lo conocido

Al mirar lo que ocurre en la sociedad y en nuestro entorno, percibimos fácilmente de que lo que conocemos hasta ahora como liderazgo, no da cuenta de la realidad, lo que se refleja en lo que uno observa, salvo contadísimas excepciones: que no hay líderes por ningún lado, sino jefes. Ya estamos hartos de que se hable y se teorice sobre el liderazgo y no se vean frutos. Los líderes escasean por todas partes y seguimos inundados por “academicistas” que intentan vender una pomada que a lo sumo alivia un poco, pero que no sana la infección. La inutilidad de estas “pomadas” que le dan sustento a la mayoría de los programas de entrenamiento para el liderazgo, se explica principalmente en que se sostienen en la mente racional y en el ego. La razón, la lógica y nuestra identidad falsa (“personaje”) que hace de coraza, dominan, lo que nos priva del infinito poder de la consciencia, el Ser, nuestra naturaleza original, cuna de todas las potencialidades y del auténtico liderazgo.

“Si quieres destruir un concepto, usa transitoriamente y con consciencia otro concepto” (Thich Nhat Hanh)

El término nuevo que vamos a usar, sólo como un indicativo, es el de “Autoliderazgoconsciente”, una antipalabra que no aparece en los diccionarios y que en estricto rigor no es un concepto, sino un camino que hay que recorrer y experimentar. El auténtico liderazgo no se enseña, se aprende. Y se aprende sólo a través de una práctica continua y personal. La semilla está en nuestro interior, por lo que tenemos que mirar allí y no hacia fuera. Y el camino lo debemos recorrer nosotros, no los demás, a través de nuestra práctica y disciplina, día a día, momento a momento. Pero este camino, no tiene nada que ver con lo que se nos ha vendido hasta ahora en relación al término autoliderazgo : empoderamiento a partir de reforzar nuestra identidad falsa, el ego. Es por esto que le hemos puesto un apellido, consciente. Es decir, se apela al poder transpersonal que todos llevamos dentro y que está más allá del “Yo” con el que convivimos habitualmente. Y este poder es la consciencia pura, fuente de todas las posibilidades y potencialidades del ser humano. No hay otro camino: hay que salir de la burbuja del ego para generar un liderazgo transformador, y esto sólo se consigue practicando. No tenemos necesidad de entender que es el liderazgo, ni de pasarnos rollos con distintas teorías o modelos. No tenemos ninguna necesidad de entenderlo intelectualmente. Simplemente seamos lo que somos y expresemos nuestra naturaleza original, al practicar en forma constante el camino que nos indica el Autoliderazgoconsciente. Como alguien dijo, “ser un buen líder parte por ser una buena persona”, y esto sólo se logra conectando de verdad con nuestra esencia, con nuestra consciencia.

“Las semillas de grandeza fueron plantadas en cada persona, en el mismo momento en que se le otorgo consciencia” (Deepak Chopra ).

Por lo tanto y a modo de conclusión, hay que remover y dar vuelta lo que existe, para que aparezcan las flores. Lo que hemos denominado autoliderazgoconsciente busca eso, encontrar el liderazgo transformador que se ha perdido entre conceptos y teorías, y que resulta imprescindible para las organizaciones de hoy. Si quisiéramos expresar ésta nueva visión del liderazgo a través de un decálogo, este sería el siguiente:

1.  El líder transformador mira hacia dentro, no hacia afuera. Trabaja en sí mismo para transmutar el entorno.

2.  El líder transformador se hace responsable al 100% por la realidad externa que le ha tocado vivir. No se queja ni echa culpas. Sólo trabaja en sí mismo.

3.  La semilla del liderazgo la llevan dentro de si todas las personas, por lo que ser un líder transformador está al alcance de todos, no sólo de algunos elegidos que detentan ciertas posiciones de poder.

4.  No se construye un liderazgo auténtico a partir del ego. Sí, a partir del poder transpersonal que todos tenemos, por lo que hay que conectar con él.

5.  El liderazgo transformador no se funda en teorías o conceptos. Los conceptos no son la realidad.

6.  El liderazgo no se enseña, se aprende a partir de la propia experiencia y práctica.

7.  El liderazgo transformador no se funda en el hacer permanente, ni en el tener compulsivo, sino en el “Ser”, al que se llega parando-sentándose y sintiéndose.

8.  El liderazgo transformador no se deriva de un título o una certificación que alguien o alguna entidad nos ha otorgado, sino de la expresión de nuestra naturaleza esencial cada día y cada momento.

9.  No existen muchos ni variados tipos de liderazgo, sino uno solo, el que abarca todo y del cual se desprende todo. 10. El camino hacia el liderazgo transformador que nos invita a recorrer el autoliderazgo consciente se funda en tres aprendizajes y siete prácticas asociadas, que deben ser asumidas (os) de corazón por cualquier aspirante a líder. (En próximo artículo que se publicará en esta misma plataforma, se esbozará este camino).

Takeaways:

A esta altura de la evolución de la humanidad y de la sociedad, está claro que el tema del liderazgo debe ser reformulado completamente. Se ha convertido sólo en un concepto que no da cuenta de la realidad. El “antiliderazgo” busca revolucionar el liderazgo sin excluir su esencia. Es decir, a primera vista parece que no es, pero en el fondo lo es todo. Si queremos mejores empresas y organizaciones, se requieren líderes de verdad y para lograr esto es necesario un completo cambio respecto a la formación de líderes y a la generación de consciencia, que lleve naturalmente a que el requisito básico de cualquier liderazgo sea el de ser una buena