“Una Gerencia de Personas, es el territorio de la empatía por excelencia; es la que ve personas con mayúsculas, cuando otras unidades de Negocio sólo ven cifras”

Ignasi Castells

Viendo y examinando la realidad que se da en la mayoría de las Organizaciones de hoy, se me aparecen en mi mente y también en mi consciencia dos preguntas en forma recurrente: ¿Qué significa hoy ser Gerente o Director de Recursos Humanos o de Personas? ; ¿Quién se ocupa efectivamente de cuidar y proteger a las personas que laboran en las Empresas?

Porque digamos las cosas como son: el Área de Personas debería ser la depositaria del toque humano en las Empresas. Debería ser el territorio de la empatía por excelencia, como dice el autor de la cita que encabeza este texto. Pero, ¿es así en la realidad?

Al respecto, lo que yo veo y he visto a lo largo de los años me dice otra cosa: que las Áreas de Personas se han ido convirtiendo poco a poco en simples mandatadas del CEO o Gerente General de turno, lo que las ha llevado a abdicar de su principal responsabilidad; a cerrar  los ojos frente a situaciones “intragables”, y a bailar al son de la música de las cifras, de la rentabilidad y del más y más.

Ejemplo claro de lo anterior son diversas disyuntivas que enfrentan las Organizaciones actuales, en relación a las cuales el Gerente de Personas se alinea normalmente con la alternativa más disfuncional y que más atenta contra las personas; pero que cuenta con el beneplácito cómplice de la primera línea de Gerentes.

Al respecto, aquí van algunas de esas disyuntivas, en donde el Área de Personas se acopla en la práctica a la alternativa más negativa para las personas que se supone debe cuidar, respetar y respaldar:

  • Foco real en las personas v/s obtención de números a toda costa (rentabilidad).
  • El hilo siempre se corta primero por las personas v/s las personas son lo último que se toca ante una situación de necesidad de la Empresa.
  • Colaboradores que son cuidados v/s Personas desechables.
  • Gestionar una Comunidad de Personas v/s Gestionar una Unidad de Negocios.
  • Seguridad psicológica para los trabajadores v/s Inseguridad, desprotección y miedo.
  • Acciones conscientes y transparentes a favor de las personas v/s “Gatopardismo” y “maquillaje” para disimular la realidad.
  • Gestión por objetivos en donde impera la serenidad y la confianza v/s metas cortoplacistas, en donde impera el histerismo y el miedo.
  • Cultura amable v/s Cultura egoica y tóxica en donde impera el afán enfermizo por dominar, por tener y ser más.
  • Selección y promoción de personas en base a valores y consciencia v/s Selección y promoción de personas en base a “eficacia resultadista”.
  • Empresa que genera y da espacio a las personas para que desplieguen sus talentos v/s Empresa que coarta y presiona a través del “látigo”.
  • Empresa centrada en el “COMO” v/s Empresa centrada en el “QUE”.
  • Priorizar la Colaboración v/s Priorizar la Competencia en todos los ámbitos.
  • Priorizar la calma, la quietud y la prudencia v/s Priorizar el culto a la velocidad y al exceso.


Lo que se ha visto mayoritariamente en relación a las disyuntivas señaladas es que las áreas de Personas, han simplemente abdicado de su responsabilidad; no ejerciendo la autonomía ni el poder, que se supone tienen para defender y potenciar a las personas

Es triste ver a Gerentes o Directores de Personas, normalizando situaciones que no deberían ser normalizadas bajo ninguna circunstancia. No me voy a detener a ejemplificar aquí, pues estoy seguro de que todos los que están leyendo estas líneas tienen ejemplos de sobra.

“El 100% de los clientes son personas. El 100% de los empleados son personas. Si no entiendes a las personas no entiendes el negocio”

Simón Sinek

A la luz de lo señalado, resulta imperativo que las Áreas de Personas recuperen su “alma y sustancia”, para que se justifique su existencia. De lo contrario sería más razonable volver a las antiguas Gerencias de Administración y Finanzas, en donde se incorporaba dentro de ellas el manejo del “Recurso Humano” desde un punto de vista administrativo.

El desafío de hoy es “humanizar” las Organizaciones, lo que implica que las personas realmente estén en el centro de la gestión y no sean nunca más vistas como un mero factor de ajuste del balance.

La principal misión del Área de Personas, debería ser el generar un “Espacio” seguro , libre y cuidado, en donde las personas se sientan protegidas, con las espaldas cubiertas y con un ambiente propicio para desarrollarse desplegando todos sus talentos.

Hay que volver a la esencia , y esta tiene que ver con cuidar de verdad a las personas y no con hacer unas “cositas por aquí y otras por allá”, para mostrar que se está haciendo algo ; lo que sin embargo no es más que maquillaje para ocultar la realidad de desprotección en la que se encuentran los empleados .

La viabilidad y sustentabilidad futura de las Empresas, depende de su humanización, a pesar de lo que digan algunos agoreros que pronostican el predominio de la tecnología e inteligencia artificial. Hoy más que nunca hay que tener absolutamente claro, que pueden haber Negocios sin personas, pero no Empresas sin personas. El futuro está en las personas; sólo en las personas; y no en lo digital. Es por esto, que ellas deben ser la prioridad número uno a la hora de gestionar, y no un comodín que se defiende o no, dependiendo de cómo vayan las cifras.

Takeaways: Hay dos preguntas que deberían hacerse hoy desde el corazón todas las personas que se vinculan de algún modo con la gestión de Empresas: ¿Quién se ocupa actualmente de cuidar y proteger a las personas que laboran en ellas? ; ¿Las Áreas de Gestión de Personas, están realmente cumpliendo su misión?. Si no se tiene clara la respuesta para la primera y es negativa la respuesta para la segunda, estamos en serios problemas; los que podrían comprometer en un futuro no muy lejano la viabilidad de las Organizaciones.