Desarrollo: cualquier cosa cercana al crecimiento, aumento, reforzamiento, progreso, desenvolvimiento o evolución de algo y que puede incluso significar desenvolver, extender o ampliar.

Últimamente nos ha tocado aportar y dar nuestra visión a algunas planificaciones estratégicas desde diferentes lugares y niveles, y vemos cómo éstas requieren hoy estar reinventándose y adaptándose contantemente. El modelo en el que habitábamos y al que estábamos acostumbrados muy estable hasta hace un año y medio atrás sufrió una metamorfosis hacia algo inicialmente caótico, luego impredecible e impactante y que ha hecho requerir de otras habilidades organizacionales en un contexto inédito para nuestra civilización y que precipitó una digitalización ya inminente. Todo gracias a este virus.

Es en esta definición de desarrollo, avance, progreso o cómo queramos llamarlo, pensando en los objetivos que impone una Planificación Estratégica, considerando este entorno, nuestra “nueva forma de vida” y junto a algo que escuché o leí que decía algo así como “desarrollo es desarrollo, independiente de la velocidad, desarrollo es desarrollo”: Allí aparece esta reflexión. Me hizo ver algunas cosas, también me sirvió de descanso y también me regaló esperanza. Aquí intento extrapolar esta vivencia personal al mundo organizacional y de los planes estratégicos.

Mirada. Necesidad de ser más compasivos con los demás y nosotros mismos, menos exigentes y más comprensivos. De este modo, si algo avanza, se desarrolla, progresa -o como nos refiramos a “ir pa’ delante”- en el sentido que buscamos y queramos, no importando el ritmo o la velocidad, es algo para valorar por si mismo y debe hacerse consciente que por lo bajo, vamos bien encaminados, adelante es adelante independiente de cuánto. Entonces, ¿En nuestras estrategias corporativas o planificaciones, miramos, identificamos y “vemos” nuestros avances?, ¿Celebramos el hecho de avanzar solo por el hecho de mejorar?, ¿Valoramos el tener algo en lo que progresar, para partir?, ¿Nos damos cuenta de esto? Obviamente siempre se puede más, pero a veces atesorar los pequeños triunfos y progresos o al menos hacerlos conscientes también es válido y diría casi necesario. Hoy más que nunca.

Descanso. Darnos y entregar espacios para el descanso y permitirnos pausas y distracciones. En estos tiempos de incertidumbre, inestabilidad y cansancio, independiente de la velocidad con que ocurra un cambio en cualquier ámbito; concentrarte en el trabajo, resistencia deportiva, fumar menos, colaborar con otros, cumplir metas o apuntar al norte estratégico, si avanzamos en el sentido buscado, si están ocurriendo, teniendo y haciéndose cosas, creo vamos en el sentido correcto. ¿Vas bien?, ¿Se puede más?, o tal vez ¿Debes permitirte espacios porque te lo mereces? Sea una u otra la opción, eso lo sabes tú, al único que no puedes engañar.

Esperanza. Es optimista, la visión positiva de los acontecimientos, y mejor aún, del futuro. Mas allá de lo que sea o a lo que estemos haciendo referencia como objeto que “crece”, se “desarrolla” o “progresa”, se trata de mirar lo que sí funciona, lo que anda bien. ¿Qué proyectos y planes avanzan bien o al menos en el sentido buscado?, ¿A pesar de todo, qué triunfos y logros estamos teniendo como equipo? Y más en lo personal; ¿Qué cosas están funcionando en tu vida, por ínfimas que sean?, ¿Eres consciente de los aspectos positivos de tu entorno y día a día?, ¿Cuáles son tus puntos de referencia para evaluar/mirar/interpretar tu hoy día?, ¿Con quiénes y con qué te estás comparando?Al final, ahora, también se me viene la palabra “creer”, que también puede ser una actitud y forma de mirar nuestras experiencias.

Takeaways: Si vas paso a paso, y avanzando, yendo adelante y además en el sentido deseado; vamos bien y no importa la velocidad. Menos hoy. Agradezcamos y valoremos nuestros triunfos y logros personales, de equipo o estratégicos.