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“Tan discriminatorio e injusto como el sexismo o el racismo es el “edadismo”, aunque no prenda la llama de la indignación”

Teresa Giménez Barbat

El “edadismo” es un término que fue acuñado por el gerontólogo estadounidense Robert Butler en los años 60 del siglo pasado, para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación con la edad.

Dicho término se ha popularizado, siendo en la actualidad ampliamente utilizado, lo que ha llevado a que hace poco fuera incorporado en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) como: “discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad.

En el fondo, el “edadismo” surge cuando la edad se ha empezado a utilizar para categorizar y dividir a las personas por atributos que les ocasionan daño, desventaja o injusticia, y que menoscaban la solidaridad intergeneracional.

Hoy en día, es una realidad indesmentible que el “edadismo” se ha instalado y expandido en nuestra sociedad, constituyendo una verdadera pandemia que atenta contra los derechos y la dignidad de millones de personas. Lo más llamativo, es que está situación de discriminación se ha normalizado, al punto de que a muchos no les llama la atención y no ven lo que está a la vista. Por cierto, un reflejo de esta normalización es el “autoedadismo”, que es la creencia que se ha instalado en las propias personas mayores, en cuanto a que ya no son útiles ni son elegibles para desempeñar un trabajo.

Los ejemplos de “edadismo” en el día a día son múltiples, muchos de los cuales pasan totalmente desapercibidos como el trato dado, la falta de atención, la diferencia salarial, la exclusión laboral etc. Esto tiene consecuencias desastrosas a nivel social generando exclusión, baja autoestima, problemas de salud, menoscabo, y por cierto problemas previsionales. Respecto a esto último, hay que tener muy en cuenta que la población está envejeciendo a pasos agigantados (la expectativa promedio de vida ya supera los 80 años), lo que hace insostenible cualquier sistema previsional si las personas no trabajan más tiempo. Y cuando digo más tiempo, estoy pensando en tener personas activas laboralmente hasta los 70 – 75 años como mínimo.

Alguno de los que está leyendo estas líneas, probablemente estará pensando que me volví loco. Claro, comparan lo que acabo de señalar con la realidad que ven por todas partes y que tienen incorporada en su mente como una “creencia pegada con cemento”: “las personas mayores no sirven, no son útiles; por lo que no están aptas para trabajar”.

Con relación a lo laboral, que es lo que me interesa desarrollar en estas líneas, la situación es simplemente dramática en todos los países latinos (España incluida). No es que ya las Empresas consideren desechables a las personas mayores de 50 y 60 años. Es que ya en muchos ámbitos la discriminación para efectos de contratar parte incluso a los 35 años. Y es más extremo aún, porque en la práctica la discriminación por edad en el ambiente laboral se da tanto en las personas menores de 25 años como en mayores de 35. A unos se los descarta porque tienen poca experiencia, mientras que a los otros porque tienen mucha. Locura total. Una verdadera demencia.

Un reciente estudio sobre empleabilidad en Latinoamérica indicaba que sólo un 15% de las personas sobre 40 años que postulaban a un trabajo son contratadas; sólo un 5% de las que superan los 50 años; y prácticamente un 0% de las que superan los 60 años. Al respecto debemos aprender mucho de los países de oriente como Japón, que según datos de la OIT su fuerza laboral activa está integrada en un 20% por adultos mayores, a los que se apoya constantemente en su desarrollo.

Lo comentado refleja un drama que hay que revertir de todas maneras, si es que queremos evolucionar como una sociedad sana, equilibrada y sustentable.

A estas alturas yo me pregunto: ¿Que pasa por la cabeza de los Directivos de las Empresas y de los Gerentes de Personas, que ya simplemente no contratan a personas mayores de 40 años? ¿Es que se han vuelto locos?

Al respecto, les haría las siguientes preguntas:
¿Es realmente mayor o inservible una persona de 40 – 45 años? ; ¿Tiene mermadas sus facultades? ; ¿Es menos ágil y productiva? ; ¿Tiene menos capacidad para aprender? ; ¿Es menos responsable? ; ¿Tiene menos habilidades y conocimientos? ; ¿Por qué consideran que alguien que supera dicho límite de edad, ya no está apta para trabajar en una Empresa? ; ¿Por qué para ciertas profesiones como la medicina, la ciencia, la docencia, la política o la psicología, tener más de 40 años está bien valorado, mientras que en las Empresas no?

El que tengamos que hacernos las preguntas anteriores, nos lleva a una sola conclusión: este tema refleja la total inconsciencia e irracionalidad, en que se mueven los que toman las decisiones en las Empresas. Es tan absurdo y de falta de consciencia esto, que cuando discriminamos a los demás en función de la edad, en el fondo nos estamos discriminando directamente a nosotros mismos (o a nuestro “Yo” futuro).

“La discriminación por edad es una de las grandes tragedias de la vida moderna. El deseo de trabajar y ser útil es lo que hace que la vida valga la pena ser vivida”

Johnny Ball

La discriminación por edad en lo laboral es una lamentable realidad de la que debemos tomar consciencia y hacernos cargo, si queremos evolucionar hacia una sociedad justa y realmente desarrollada.

Tenemos que borrar de un “plumazo” los prejuicios y las creencias disfuncionales que hoy en día imperan, como que las personas mayores están obsoletas; tienen menos capacidad para aprender; tienen menos flexibilidad; son más costosas; o que no se pueden integrar a equipos con gente más joven.

Con relación a lo anterior, algún Directivo de Empresa podría legítimamente preguntar: ¿Por qué contratar a personas mayores de 45 – 50 años? Aquí van algunas razones:
Cuentan con experiencia probada y demostrable ; tienen capacidad de toma de decisiones ;buscan estabilidad y su nivel de compromiso es más elevado; suelen tener habilidades para formar equipos y hacer networking ; son menos dados al ausentismo laboral ; han visto y vivido los cambios en la industria y en la economía ;han desarrollado la adaptabilidad y tienen gran capacidad de resiliencia ; normalmente tienen incorporado el sentido del liderazgo y de la autoridad ;y  son mentores por excelencia.

Por si lo anterior fuera poco, conviene recalcar que los seres humanos accedemos a ciertas cualidades o virtudes, que no se aprenden en los libros, sino que sólo se obtienen con los años vividos: prudencia, templanza, sabiduría y sobre todo consciencia. Si los directivos de las Empresas tuvieran sólo esto presente, se darían cuenta que integrar a su equipo a personas mayores siempre va a ser positivo en términos de costo – beneficio. Nunca va a ser un “mal negocio”.

Es un hecho que con la edad las personas ganan templanza, capacidad para gestionar con perspectiva, serenidad, sentido común, y capacidad para priorizar y organizar; todas habilidades escasas y muy requeridas por las Empresas de hoy.

A pesar de lo señalado, la realidad actual es que los CEOS, Directivos y Ejecutivos de “Recursos Humanos”, ni se plantean por un minuto la ventaja de contratar a personas mayores de 45-50 años, lo que indica o que están todos locos, o que simplemente sufren tal grado de inconsciencia que lisa y llanamente no ven la realidad.

Es hora ya de que las personas que gestionan las Empresas limpien su mente, se liberen de todas las creencias absurdas y empiecen a tomar consciencia de lo que significa para sus organizaciones y la sociedad, la discriminación irracional que están alimentando.

La invitación a todos los empresarios, directivos y Gerentes de Personas, es a que se sumen a la campaña que se está iniciando a nivel latinoamericano para superar la pandemia del “edadismo”, incorporando en sus respectivas misiones el lema: “Nosotros contratamos a mayores de 40 y también de 50”. Si lo hacen, se darán cuenta a poco andar que han hecho el mejor negocio de su vida.

Takeaways: En el ámbito laboral se ha hecho carne el “edadismo” , que es la discriminación de las personas en razón de su edad . Mientras no se corrija esto, no podremos hablar de humanidad ni de consciencia al interior de las Empresas.