Liderar personas es difícil. Ser líder también.

Ser un líder exitoso depende de muchos factores, desde el contexto histórico, social, político, hasta económico.

Asimismo, son muchas las variables de tipo cognitivas, de personalidad y conductuales que deben interactuar para dar forma a un líder.

De igual manera, el tamaño de la organización donde se desempeña el líder influye también en su identificación y medición.

Ciertamente, como concepto, práctica y aptitud, liderar tiene múltiples definiciones, perspectivas y bases teóricas.

Por lo tanto, no es llegar y medir quién es mejor o peor líder.

¿Por qué es importante medir el liderazgo, entonces?

En un negocio el líder hace la diferencia en las relaciones laborales. Así lo refleja el Índice de Calidad de Vida 2017 de Sodexo Chile, que reveló que las jefaturas influyen en factores clave para el clima de una organización como la satisfacción laboral y el compromiso con los equipos de trabajo y la empresa.

Del total de trabajadores encuestados por Sodexo Chile, quienes se manifestaron comprometidos con sus jefes demostraron tener 65% de satisfacción laboral; este porcentaje es 16% superior al resultado nacional (56%).

Dada esta correlación, queda claro que una empresa gana mucho mejorando el liderazgo de sus gerencias y jefaturas .

Aunque primero debe saber qué calidad de líderes tiene.

Pero ,¿cómo medir la calidad del liderazgo organizacional?

Ciertamente es un proceso complejo, aunque no imposible. Guardando estas proporciones, éstas son las herramientas para medir liderazgo organizacional más conocidas:

Medición

A. Cuestionarios

Este instrumento consta de 12 factores que identifican y valoran diferencias conductuales de líderes en diferentes culturas organizacionales. Sus resultados sirven para dictar pautas y contenidos de los programas de desarrollo de liderazgo, en especial en multinacionales.

  • El EPDQ 4-Executive Position Description Questionnaire permite describir las esferas de trabajo y las exigencias de diferentes puestos de dirección, para trazar el perfil de un puesto directivo a través de diez dimensiones.

Además, ofrece la posibilidad de valorar de forma estandarizada el trabajo realizado por personas en puestos directivos. Permite también analizar tareas y personas, su naturaleza conductual al realizarlas, y detectar necesidades actuales.

Está compuesto de 194 ítems que se organizan en seis divisiones de la conducta laboral, que siguen un modelo de comportamiento humano del tipo Estímulo-Organismo-Respuesta.

Las divisiones son las siguientes:

1. Procesos de entrada de información

2. Procesos de medición implicados

3. Medios de trabajo

4. Actividades interpersonales

5. Situación laboral y relaciones laborales

6. Aspectos diversos que incluyen la remuneración, presiones de tiempo, responsabilidades y horarios.

Por lo tanto, es un cuestionario que permite evaluar necesidades actuales de formación a nivel de tareas y de personas.

B. Simulaciones

Actualmente, la medición del liderazgo va más allá del mero cuestionario, y pone más foco en las competencias y los resultados reales que llevan a cabo los líderes en sus contextos.

En este caso, la práctica de simulaciones, conocida como leadership assessment center, recrea situaciones posibles para ver a la persona en acción en un ambiente lo más parecido al real.

Mediante esta metodología, se busca analizar las capacidades de la persona y verificar en el momento todas aquellas competencias que requiera el puesto, como trabajar bajo presión, comunicación, persuasión, negociación, planificación, así como otras que la empresa estime convenientes.

Sin embargo, la mayor dificultad del AC es que requiere de muchos recursos de tiempo y dinero.

C. Encuestas de Clima

Otra manera complementaria es la encuesta de clima laboral diseñada para medir liderazgo.

Las organizaciones que valoran las evaluaciones de desempeño y de clima laboral cayeron en la cuenta de que el liderazgo es una variable crucial para mejorar un clima organizacional.

Es así como encuestas como ponen fuerte énfasis en la labor del líder; la percepción que los colaboradores tienen sobre respectivos líderes explica gran parte de los resultados en estas mediciones.

D. Evaluación de Desempeño

Otra métrica precisa para estudiar el comportamiento de los líderes al interior de las organizaciones son los resultados que éstos demuestran en un año de trabajo, que miden las evaluaciones de desempeño.

En particular, estas mediciones analizan los objetivos y/o competencias individuales de trabajadores y líderes. En el caso de estos últimos, también miden las áreas que dirigen, así como el cumplimiento que dan de los objetivos estratégicos que tiene la organización.

Con este tipo de mediciones la empresa evalúa cómo sus líderes priorizan objetivos y gestionan las diferentes áreas y cargos para cumplir con lo comprometido.

Conclusión

Medir la calidad de liderazgo que tiene la empresa es un buen primer paso para hacer mejoras o fomentar el desarrollo de actuales y futuros líderes.

Existe una amplia variedad de herramientas que permiten conocer el tipo de líderes que el negocio tiene o necesita.

Pero nada saca la organización con medir su liderazgo si no existe un plan estratégico que otorgue valor a estos resultados, les de un uso práctico en la creación o mejora de programas de desarrollo y retención de líderes, y finalmente los integre a los objetivos de la empresa