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Consumerización del Aprendizaje: El futuro de los equipos de formación (Parte I)

Este es el primero de dos artículos, donde compartiré algunos de los elementos que deberían estar redefiniendo las estrategias de formación y desarrollo en épocas de transformación y consumidores digitales. En la Parte 1 del artículo pondré más foco en Herramientas, y en la parte 2 me enfocaré más en Procesos y Formas de Trabajar.

¿Qué harías frente al siguiente escenario? Estás trabajando en Excel y necesitas aplicar una fórmula, pero fue hace meses que recibiste el programa de entrenamiento y se te ha olvidado cómo hacerlo. Entonces, ¿qué haces?

A. Revisar el manual de entrenamiento que te dieron cuando hiciste el curso

B. Ir a la plataforma de aprendizaje de tu compañía, revisar el catálogo disponible, y registrarte en un curso de Excel

C. Preguntarle a un compañero de trabajo

D. Buscar en Google o You Tube

Puedo asumir que la gran mayoría de sus respuestas estarían en las opciones C y D. La anterior situación, por trivial que parezca, presenta una dualidad y desafío muy grande para los equipos de formación y desarrollo, el cual tiene que ver con el valor y la relevancia que ofrecemos en tiempos de cambios y transformación.

¿Que nos dice la investigación? Por una parte, sabemos que lo que hace un equipo de formación sigue siendo muy importante para sus empleados.  Según el reporte de Deloitte: Tendencias en Capital Humano 2017, más del 80% de los empleados considera que es “importante” o “muy importante” que la compañía le entregue opciones de aprendizaje y desarrollo. Muy buena noticia ¿no? Si, pero no tanto. La última encuesta “Learning in the Workplace” que realizan en más de 63 países, ofrece como principal conclusión un dato demoledor para todos los que trabajamos en formación. “La formación que entregan las compañías es lo peor valorado por los empleados en comparación con otros canales de formación y desarrollo”. En otras palabras, los empleados consideran como crítico que una compañía entregue formación, pero reconocen también que programas presenciales y cursos e-learning no agregan valor.

Dada esta realidad un poco desalentadora, hay nuevas expectativas para los equipos de formación que decidan transformarse, y por ejemplo adoptar conceptos como “Consumerización del Aprendizaje” en sus estrategias.

Consumerización en el sentido más amplio, hace referencia al “impacto específico que tecnologías originadas en mercado de consumo podrían tener internamente en una compañía si son incorporadas adecuadamente”. Específicamente en el ámbito de aprendizaje y desarrollo, y debido a la explosión de nuevas tecnologías y a una renovada perspectiva sobre cómo aprendemos, se debe entender que lo que ofrecemos como experiencias de aprendizaje en el trabajo, debe reflejar la forma en que nuestros empleados aprenden y se comunican en su vida diaria. Puesto más simple, el mundo en que la gente vive es también el mundo en que la gente trabaja aprende y no hay una línea que los divida, y esto debe ser reflejado en las estrategias de formación y aprendizaje corporativas.

1. De “Plataformas de Gestión” a “Tiendas de Registro”:

2. Desde “Cursos para Todos” a “Personalización”:

3. “Necesito aprender ahora, y no cuando me toca ir al curso” Mobile First:

4. De “Un Grupo en Facebook” a “Redes Sociales Empresariales”:

Takeaways: E-learning y formación presencial no van a desaparecer, pero sí deberán dejar espacio (y mucho) a otras opciones de aprendizaje más relevantes en una época de consumidores digitales, exceso de información y necesidad de gratificación instantánea.

Equipos de formación que incluyan una oferta personalizada, que permitan acceder al conocimiento por medio de tecnologías sociales y móviles, y puedan consolidar todas estas experiencias de una manera simple para tomar mejores decisiones, se harán mucho más relevantes para las necesidades de un empleado moderno.

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