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Liderazgo, Liderazgo… ¿Cuál es tu verdadero nombre?

“No hay nada más inútil que hacer bien algo que no sirve” (Peter Drucker).

Hace un tiempo, conversando con la persona que dirigía la Escuela de Liderazgo de una reconocida institución académica, me preguntó cuál modelo de liderazgo seguía yo; le contesté que ninguno. Su asombro fue total. Me miró como si viniera llegando de Marte. Al instante me comenzó a explicar el suyo, que se basaba en los escritos, recetas y conceptos de un autor americano de moda,  los que repetían y repetían como un mantra divino. Por cierto, de dicha Escuela, que lleva ya bastantes años funcionando, jamás ha salido ningún líder.

Lo anterior es un ejemplo ilustrativo de lo que viene ocurriendo en el campo del desarrollo del Liderazgo, el cual está lleno de liderazgo conceptual pero totalmente falto de desarrollo real y de sustancia. Miles de libros, miles de teorías y sin embargo cero desarrollo real. Si hiciéramos una encuesta de cuál es el producto más escaso hoy en el mundo, probablemente el Liderazgo encabezaría la lista.

Un estudio reciente indicaba que en Amazon existen más de 70.000 libros en la categoría de liderazgo y se invierten cientos de millones de dólares anualmente en la formación de líderes. Los escritos sobre estilos de liderazgo, modelos de liderazgo y funciones del líder, sobrepasan los límites de lo imaginable. Y al parecer el stock de tipologías y modelos se sigue incrementando día a día.

Sólo hoy, al repasar lo que más resuena en el ámbito de la formación de líderes, podemos identificar fácilmente 30 o 40 modelos o tipos de liderazgo, en que cambia el apellido (Relacional, Creativo, Transformacional, Estratégico, Redárquico, Integral, Situacional, Organizacional, Personal, Adaptativo, Apreciativo, Incluyente, Intuitivo, Sistémico, Coach, Ético, Digital, Trascendental, Vuca, Exponencial, etc, etc, etc…).

La consecuencia natural de lo ya señalado no puede ser otra que una confusión total. Cuando el término liderazgo significa hoy en la práctica cualquier cosa y tiene “n” derivadas y enfoques meramente teóricos, en el fondo no significa nada. Así entonces, seguir al pie de la letra los lineamientos de una teoría o modelo equivocado, sólo es garantía de fracaso y frustración.

“Liderazgo es aquello que queda y expresamos cuando todo lo que hemos leído y escuchado se ha olvidado: lo que somos; nuestra propia naturaleza original” (El Autor).

El liderazgo auténtico no es compatible con ninguna teoría, modelo ni conceptualización, pues es un atributo del SER, nuestra energía y sentido vital. Si quieres llegar a ser un líder de verdad, aléjate de cualquier teoría o modelo de liderazgo; no le pongas nombre a lo que quieres alcanzar; simplemente trabaja tú estado interior y conecta con tú energía vital, tú consciencia, donde anida la sabiduría que le dará soporte a todos tus actos.

Hay sólo un liderazgo, el que abarca a todas las tipologías pasadas, actuales o futuras, que pueda diseñar la mente. No nombremos más ni conceptualicemos; sólo mostremos o tomemos el camino que conduce hacia donde está la fuente del liderazgo verdadero, el que lo abarca todo. Cuando el Ser se expresa, cualquier teoría o modelo de liderazgo está de más.

Un líder de verdad actuará siempre en forma coherente y en consciencia, en función de las circunstancias que esté enfrentando. Un buen ejemplo puede ser Nelson Mandela, uno de los líderes paradigmáticos del siglo 20. ¿Cuál era su estilo de liderazgo o el modelo que se le podría aplicar?. La respuesta es: ninguno y todos a la vez. Actuaba como debía actuar y en consciencia, siendo simplemente él en cada situación que enfrentaba.

Cuando una persona se trabaja interiormente, aparece la “Presencia” y se desactiva el “piloto automático”, que en modo Ego guía la vida de la mayoría de la gente. Un líder debe salir sí o sí del estado automático; debe despertar, logrando coherencia entre el Ser, el Hacer y el Logro. Toda esta cadena debe estar impregnada por la energía de la consciencia. El gran problema hoy, es que la mayoría de los directivos, en todo nivel y ámbito, tienen absolutamente disociada ésta trilogía.

La Presencia es lo que abre el camino para que se genere una influencia viva y real, que se traduzca en que el otro aparezca desplegando todo su potencial en un ambiente de confianza y colaboración.

Por lo tanto y a modo de conclusión, dos reflexiones finales para los que aspiran a ser líderes y/o a formarlos:

Takeaways: La realidad de los hechos ha transformado el Liderazgo en un concepto absolutamente manoseado, que hoy en la práctica no significa nada, lo que se refleja en multitud de teorías o modelos que no apuntan a la esencia y por lo tanto no “mueven la aguja”. Se requiere no seguir conceptualizando lo que no puede ser conceptualizado, y cambiar definitivamente el paradigma bajo el que ha venido funcionando la “formación de líderes

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